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Reportaje:

China fabrica arte vasco

Un proyecto facilita el intercambio y la realización de trabajos en el país asiático

En China es más barato crear. Además, es un lugar que estimula la creatividad a golpe de improvisación porque las leyes obligan a agudizar el ingenio y el arte busca la experimentación social. Por eso, cada vez son más los artistas vascos que buscan abrirse camino en el mercado de mayor crecimiento del planeta.

En MA Studio, un espacio de 200 metros cuadrados diáfanos a las fueras de Pekín, artistas residentes vascos participan durante dos meses en el programa Goazen txinara¡ (¡Vamos a China!) con el objetivo de ampliar sus experiencias en busca de nuevas sensaciones. En 2010 fueron cuatro artistas, Isabel Herguera, Juan Aizpitarte, Iñigo Salaberria y Aitor Lajarín los beneficiados de las becas convocadas por MA Studio en colaboración con el Gobierno vasco que financia parte del proyecto con 15.000 euros.

Cuatro artistas participaron en 'Goazen txinara¡' de los 83 presentados

El pintor y escultor Judas Arrieta (Hondarribia, 1971) es el impulsor de las residencias de artistas vascos en Pekín. Desde 2008 han pasado una veintena de artistas, entre los residentes oficiales y estudiantes de la UPV, por el estudio que se encuentra a unos 40 minutos del centro de la capital china. Arrieta, que lleva viviendo en el país asiático desde 2005, se considera un sherpa artístico que busca que los creadores aterricen con buen pie, se hagan pronto a la nueva cultura y cuenten lo antes posible con material y con gremios para desarrollar sus proyectos.

"Cuando llegué a China me sorprendió que hubiera artistas de todos los países menos de Euskadi. Se me ocurrió crear un proyecto que sirve de puente entre las dos culturas. Más que una forma de promoción se ha convertido en una toma de contacto y en un intercambio de experiencias", explicó ayer Arrieta durante la presentación en el Arteleku de San Sebastián de las becas para 2011.

Si en 2009 se presentaron 40 proyectos para participar en Goazen txinara!, en 2010 fueron 83. Un jurado formado por comisarios y artistas afincados en China selecciona los proyectos teniendo en cuenta la trayectoria de cada artista y su trabajo a desarrollar. "A cada uno le mueven cosas diferentes. Los proyectos no tienen que estar necesariamente relacionados con China. Muchos aprovechan para desarrollar ideas que en Euskadi les sería difícil o económicamente caro", señala Arrieta. Isabel Herguera, por ejemplo, realizó un cortometraje de 3 minutos y buscaba el contacto con profesionales chinos de la animación. Juan Aizpitarte llevó a cabo un trabajo de investigación estudiando los graffitis chinos.

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Durante dos meses, los artistas seleccionados conviven en el mismo estudio donde trabajan. En la parte superior hay dos habitaciones, un baño y una cocina habilitada. Los residentes tienen oportunidad de formar parte de una comunidad de artistas chinos con quienes trabajan, intercambian experiencias e incluso celebran jornadas gastro-nómicas tal y como ocurre cuando se organiza la exposición. El MA Studio forma parte de un conjunto de edificios adosados donde se concentra el 70% de la producción artística de vanguardia de Pekín. "La próxima llegada del metro permitirá que se acerquen más personas a conocer a los artistas vascos aun a riesgo de que se disparen los precios de los alquileres de los estudios".

En 2011, solo dos residentes viajarán a China. Arrieta asegura que "no es por temas económicos sino personales". La convocatoria para presentar los proyectos se abrió oficialmente ayer y se cerrará el 20 de marzo. MA Studio quiere en un futuro poder ampliar el proyecto a otras áreas artísticas como la música, el teatro o la danza y lograr que puedan venir artistas chinos a Euskadi.

"Lo mejor es ver la sorpresa que les genera a los chinos ver cómo interpretan los artistas vascos su país", reconoce el artista de Hondarribia, un adepto de la cultura oriental que en varias de sus obras hace guiños al manga japonés.

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