"Para normalizar Euskadi es mejor que Sortu esté en las elecciones"
Acaba de jubilarse, pero no prevé abandonar los estudios sociológicos que le han supuesto el reconocimiento académico y social. Amenazado por ETA, el investigador Javier Elzo ve con buenos ojos los últimos pasos dados por la izquierda abertzale ilegalizada. Considera que el nacimiento de Sortu evidencia un rechazo de la violencia por parte del mundo radical y confía en que sirva para dibujar un nuevo escenario.
Pregunta. La nueva marca política de la izquierda abertzale ha provocado un reguero de opiniones. ¿Cuál es la suya?
Respuesta. Que ha sido un paso muy positivo. Han ido más allá de lo que a priori se esperaba, y no por el rechazo expreso de ETA, sino por su anuncio de que expulsarán a quienes no condenen la violencia.
"Los socialistas saben que el final de ETA les podría ayudar en las generales de 2012"
P. Hay quien considera que son el mismo lobo, pero con piel de cordero.
R. Los mismos pueden ser distintos. También mucha gente pensó en su día que Adolfo Suárez, quien había ocupado puestos de relevancia dentro del Movimiento Nacional franquista, no iba a poder encabezar la transición española.
P. ¿A qué considera que obedece ese cambio?
R. Creo que en el seno de la antigua Batasuna de forma mayoritaria se ha llegado a la convicción de que quieren romper con ETA. No sé si como consecuencia de un arrepentimiento, pero son conscientes de que la acción violenta es inútil. Y esto tiene incluso más relevancia.
P. ¿Es más importante que el arrepentimiento?
R. ¿Alguna vez se ha arrepentido Falange? Y creo que se ha podido presentar siempre a las elecciones, sin ningún tipo de impedimento.
P. ¿Considera que cumplen los requisitos para poder ser legales?
R. Creo que para la convivencia y normalización de este país es mejor que estén ahora en las elecciones, para que no se enroquen en su posición y la herida se haga mayor.
P. ¿Cree viable la legalización de Sortu?
R. Difícil es, pero no imposible. Al fin y al cabo, la última palabra recaerá sobre el Tribunal Constitucional y no hay que olvidar que acaba de ser renovado en clave progresista. El problema es que el debate político latente es muy gordo.
P. ¿En qué sentido?
R. El PSOE no quiere andar solo en esta materia, y el PP ya le ha dejado claro por dónde debe transitar si no desea el enfrentamiento. Por otro lado, los socialistas son conscientes de que el final de ETA les podría ayudar en las próximas elecciones generales de 2012.
P. ¿Es posible ese final?
R. La organización terrorista es mucho más hermética que la izquierda abertzale, por lo que resulta difícil conocer su evolución. De todos modos, soy de los que considero que con ETA solo puede acabar el PP.
P. ¿Por qué?
R. Porque en el camino habría que realizar quizá algunas concesiones en materia de presos, y el PSOE lo tiene mucho más difícil para impulsarlas. Se le echaría encima el PP y, con él, más de media España. Algo que a la inversa no ocurriría.
P. ¿Puede alterar la legalización de Sortu el escenario político vasco?
R. No en su estructura, al menos a corto plazo. Llevamos años enfangados en la división entre nacionalistas y constitucionalistas, y no tiene pinta de que vaya a cambiar, lo que ratifica la singularidad vasca. En ningún otro sitio se entienden los socialistas y los populares.
P. ¿Tampoco a medio plazo?
R. Nunca antes de los próximos comicios autonómicos. Después, sería recomendable. La transversalidad siempre ha sido mi modelo y considero que la normalización de Euskadi solo llegará con el entendimiento entre sus dos tendencias mayoritarias: el nacionalismo moderado y el socialismo. Todo lo demás es ir contra natura, aunque ello no impide acuerdos puntuales entre partidos sobre distintas materias.
P. ¿También entre el socialismo constitucionalista y el denominado abertzale?
R. No sería la primera vez. Cuando EA se escindió del PNV ya hubo un intento de conformar un tripartito con el PSE y Euskadiko Ezkerra. Y no hay que olvidar que también se han entendido en distintos Ayuntamientos.
P. ¿Ha cambiado mucho Euskadi desde que está gobernada por el PSE?
R. Mucho no, la verdad. El mayor cambio se ha dado en el propio Gobierno, cuyo perfil es más plano y aparenta tener menos empuje. Hasta el monotema vasco se ha mantenido en primera línea, aunque enfocado desde otro ángulo.
"Los médicos son curas posmodernos"
La actualidad política, como de costumbre, manda en Euskadi, pero no es la única cuestión que preocupa a Javier Elzo.
Pregunta. ¿Le afecta la prohibición de fumar?
Respuesta. No soy fumador en la actualidad, pero tampoco entiendo por qué esa obsesión por el tabaco de repente. Es evidente que es un problema de salud pública, pero creo que el del alcohol es mucho más grave y nadie parece plantearlo.
P. ¿A qué obedece?
R. El problema es que en la sociedad actual hemos pasado de la religión del espíritu a la del cuerpo, que ha adquirido una importancia fundamental. Los médicos se han convertido en los curas posmodernos. Antes nos preocupaba lo que pasaba después de la muerte. Ahora tratamos de retrasarla todo lo posible y no deja de ser un embuste fabuloso, ya que no prolongamos la vida, sino la vejez.
P. ¿Tiene la sociedad actual más valores que la de antaño?
R. Yo diría distintos. Nos preocupa perjudicar con el humo del cigarro, pero no el ruido que puede conllevar salir de los bares para fumar en la calle. La tecnología ha contribuido a una sociedad más individualista y acomodada, conservadora.
P. ¿Es la violencia machista la lacra del siglo XXI?
R. Creo que su cobertura es sensacionalista y que, por el efecto llamada, no contribuye a solucionar el problema. Tampoco considero que la excesiva discriminación positiva de la mujer, cuya imagen se ensalza a costa de la del hombre, contribuya a la igualdad. Puede provocar recelos contraproducentes.
P. ¿Son positivas las revueltas del mundo islámico?
R. La historia avanza a golpes y los cambios siempre resultarán positivos si tienen detrás al mayor número de personas posible.
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