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Celaa revisará con todos los grupos "detalles" de la educación para la paz

El PNV y Aralar cuestionan los materiales oficiales y alaban los de Baketik

La consejera de Educación, Isabel Celaá, zanjó ayer una comparecencia parlamentaria sobre los materiales ofrecidos a los centros escolares para abordar los objetivos que el plan de convivencia persigue ofreciendo a todos los grupos la posibilidad de mantener reuniones bilaterales con el departamento en torno a los "detalles" del Plan de Convivencia con los que aún no están de acuerdo o que consideran "tendenciosos", como ayer acusaron. La comparecencia fue exigida por el PNV y Aralar al alimón y Celaá la consideró "hostil" en sí misma, porque cree precisa la discreción para la aplicación pacífica del plan en los colegios, y "sorprendente" por lo excepcional de que un parlamento descienda a desmenuzar materiales educativos.

Educación abrirá las aulas a otras víctimas en casos con sentencia firme

Celaá resaltó que la coincidencia en lo fundamental - "lograr que ningún escolar salga del sistema educativo con una postura de justificación de la violencia", dijo- no debe verse distorsionada por diferencias de carácter menor.

La consejera avanzó un paso sobre la incorporación de víctimas de violencia policial o parapolicial a los testimonios en los centros escolares: si la semana pasada dijo que habría que esperar a que el Parlamento dé el visto bueno al informe que tiene encargado al Gobierno, ayer abrió la posibilidad de que algunas de esas víctimas, cuya condición de tales esté probada por sentencia judicial firme, puedan participar desde ya.

El PNV y Aralar, lo mismo que después el parlamentario de EA, Juan José Agirrezabala, responsable del anterior plan como alto cargo de Educación en el Gobierno de Ibarretxe, cuestionaron cambios realizados por Educación en la unidad didáctica Pasos hacia la paz, ya utilizada por el anterior equipo, y la incorporación de la titulada Historias que nos unen. A su juicio son sesgados.

Tanto la portavoz del PNV, Maribel Vaquero, como la de Aralar Aintzane Ezenarro, coincidieron en interesarse en concreto por la supresión de una dramatización preparada por el grupo Baketik, que dirige el ex coordinador de Elkarri, Jonan Fernández, cuyas iniciativas gozaron de notable predicamento y aceptación con los gobiernos anteriores.

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Las dos parlamentarias nacionalistas habían pedido también, en coincidencia con la de la consejera, la comparecencia de Fernández, que tuvo lugar después de terminar la de Celaá. Fernández expuso a la comisión un proyecto titulado Bihotzez (De corazón), que tanto Baketik como los grupos que promovieron su presencia en la Cámara quieren que el Gobierno incluya entre los materiales que ofrece a los centros educativos. Fernández dijo que ya lo ha presentado al Gobierno.

Celaá aseguró que contempla la cuestión de la educación para la paz y la convivencia democrática con la "mirada abierta" que le pidió la parlamentaria de Aralar, Aintzane Ezenarro. Pero dejó claro el límite: "no caer en la ambigüedad" ni la equidistancia que el PSE-EE desde la oposición achacó al Gobierno anterior, ni perder los objetivos centrales del plan, sin por ello renunciar a que los currículos sean "cada vez más completos e integradores". Celaá reivindicó la necesidad de los cambios que los nacionalistas le reprocharon, que cifró en dos insuficiencias en el tratamiento anterior: la deslegitimación del terrorismo y la empatía con las víctimas.

La portavoz de Aralar, Aintzane Ezenarro, acusó a Educación de presentar una "foto parcial del sufrimiento", algo con lo que coincidieron tanto la peneuvista Vaquero, que pidió que los testimonios de víctimas se completen con otros se completen con otras víctima "para ofrecer una visión plural del mapa del sufrimiento", como Juan José Agirrezabala, de EA. El popular Iñaki Oyarzábal advirtió del riesgo de introducir demasiados factores que resten "nitidez" al mensaje de los educadores y pidió a la consejera que vele para que no se desnaturalice el plan.

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