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Reportaje:

Las Vegas se reinventa para salir de la crisis

Un nuevo hotel pone énfasis en el ocio y reduce la presencia del juego

No hay apuesta demasiado arriesgada en Las Vegas. Al menos para el dueño de un casino: la casa siempre gana. Durante décadas, el negocio fundamental en la llamada ciudad del vicio ha sido el juego. El turismo, sin embargo, lleva en mínimos históricos desde 2008. Ante semejante panorama, el hotel y casino de lujo The Cosmopolitan, abierto hace un mes, ha añadido 2.000 habitaciones a las 145.000 ya existentes en la ciudad. Los analistas le auguraron unos inicios difíciles. El hotel, sin embargo, ha arrancado superado las expectativas de visitas y ha adelantado a sus competidores cercanos. ¿Cómo se ha hecho hueco en un mercado tan saturado? The Cosmopolitan ha demostrado que una vieja regla de Las Vegas sigue vigente: cuanto más alta es la apuesta, más se gana.

El chef español José Andrés tiene tres restaurantes de autor en The Cosmopolitan
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"Hemos querido crear una experiencia nueva, diferente de todo lo que se ha visto hasta ahora en Las Vegas", explica el director del hotel, John Unwin. "Ofrecemos habitaciones más grandes que las de la competencia. Muchas de ellas tienen terraza. Hemos añadido restaurantes que consideramos selectos y nuevos espacios comerciales que no habían tenido presencia en la ciudad. Sabemos que lo que ofrecemos a los huéspedes es algo que hasta la fecha no se había visto en Las Vegas".

El arranque de la aventura del Cosmopolitan en Las Vegas está siendo insólito. Su estrategia ha sido distinta de lo visto hasta ahora en otros hoteles. Su casino está oculto por una lámpara de tres pisos con un bar de tres plantas en su interior. Desde el bulevar solo se ven bares y piscinas. El hotel es un destino en sí mismo, más que vehículo para el juego. Ofrece 2.000 habitaciones. Antes de verano abrirá otras 995. Entre los cuartos más pequeños y baratos se encuentra una suite de 60 metros cuadrados con terraza. El precio parte de 199 dólares (144 euros). Es una estrategia agresiva: una habitación similar en el cercano Bellagio cuesta el doble.

Los gerentes del casino han querido poner énfasis en aspectos que no son comunes en la capital del juego. Han atraído al chef y empresario español José Andrés, que ha abierto tres restaurantes de autor que se han convertido en la comidilla gastronómica de la ciudad: China Poblano, É y Jaleo. Este último, que ofrece platos españoles como paella a leña o croquetas, registra llenos completos y consecutivos en fin de semana. El Cosmopolitan ha conseguido un impulso con la presencia del propio José Andrés en sus primeras semanas de vida, dando instrucciones, autografiando copias de sus libros, posando para fotos. En una ciudad donde los restaurantes adolecen de una crónica falta de personalidad, dominada por los bufés libres, el chef español se ha encargado de darle carácter al nuevo hotel.

El contraste, estos días, entre el Cosmopolitan -que ha costado 2.800 millones de euros- y su vecino y principal competidor, el hotel y casino Aria -abierto en diciembre de 2009 y que costó 2.000 millones de euros- es clamoroso. Aria es un hotel inmenso, con 4.000 habitaciones sobre una planta de 14.000 metros cuadrados, diseñado con un estilo sobrio. La ocupación del hotel el año pasado fue de las más bajas que registra uno de sus copropietarios, el conglomerado MGM Resorts: llegó a 82%, frente al 93% de sus otros hoteles. MGM gestiona el recinto junto a la empresa de inversiones del Gobierno de Dubai.

Frente al Cosmopolitan, en el recinto de City Center, se alza una torre de colores azulados. No hay nada en su interior. Iba a ser un hotel sin casino, de 49 plantas. A medida que Las Vegas fue perdiendo visitantes, se quedó en 27. Para no dejar la impresión de que el recinto estaba por acabar, se cubrió la estructura con ventanales y nada más. Hoy es una carcasa. El diario local Las Vegas Review Journal reveló en noviembre que MGM Resorts y los inversores de

Dubai World habían decidido demolerla. De momento sigue en medio del bulevar, con un recordatorio de lo que pudo haber sido y no fue, y una confirmación de que en Las Vegas las cosas deben cambiar para seguir siendo lo que son.

Vista exterior del hotel y casino The Cosmopolitan.
Vista exterior del hotel y casino The Cosmopolitan.ERIC JAMISON

Nerviosismo entre la competencia

La adición de un nuevo hotel y casino al bulevar de Las Vegas ha alarmado a sus vecinos. Tres empresas se reparten el grueso de los ingresos de este epicentro mundial del juego: MGM Mirage,

Harrah's y Wynn Resorts. La llegada de las 2.000 habitaciones del Cosmopolitan y la gran entrada de Deutsche Bank en la ciudad del vicio han inquietado a los directivos de la competencia. Es lógico: Las Vegas sufre un 14% de desempleo. La ocupación hotelera ha llegado a puntos tan bajos como el 71% registrado hace un año.

Steve Wynn, el magnate responsable del diseño y construcción de cinco hoteles (Mirage, Treasure Island, Bellagio, Wynn y Encore) que cambiaron permanentemente el paisaje y la forma de hacer negocios en Las Vegas, con su apuesta por el lujo y los edificios mastodónticos, se tomó el tiempo de pasearse por el Cosmopolitan en 2010 y ha opinado en declaraciones a un bloguero especializado: "Es un ejemplo extraordinario de planes mal concebidos. Si ese joven al que han traído [en referencia al director del hotel, John Unwin] triunfa, le deberían dar el Premio Nobel".

Deutsche Bank invirtió, en 2008, 730 millones de euros para salvar el proyecto, tras la ejecución de la hipoteca de 555 millones de la empresa que lo inició, 3700 Associates LLC. En principio, las dos torres del Cosmopolitan iban a albergar no solo un hotel, sino también apartamentos, el primer gran proyecto de venta de viviendas en el bulevar de las Vegas. La debacle inmobiliaria de 2008 hizo que los promotores se lo replantearan. Hoy es un hotel que compite con los de Wynn. Si se mantiene el ritmo de visitas, puede que a Unwin y a Deutsche Bank, Wynn les quede a deber el Nobel. -

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