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OPINIÓN
Columna
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La otra diferencia

Joaquín Estefanía

Ha habido rara unanimidad entre los analistas, la opinión pública, los sindicatos y los partidos políticos (excepto el PSOE) en considerar exagerada -y parte del argumentario propagandístico- la analogía hecha por Rodríguez Zapatero entre el recién firmado Acuerdo Social y Económico (ASE) y los Pactos de la Moncloa. En realidad, el presidente de Gobierno no equiparó ambos, sino que afirmó que el ASE era "el pacto con más importancia y más contenido desde los Pactos de la Moncloa".

Mantener esta tesis significa debilitar la historia de otros pactos sociales firmados después de los de La Moncloa, de gran transcendencia en la historia de las relaciones laborales de los últimos 30 años: el Acuerdo Básico Interconfederal (ABI), de 1979, precedente de todos ellos; el Acuerdo Marco Interconfederal (1980), el más ambicioso por sus contenidos; el Acuerdo Nacional de Empleo (ANE), firmado poco después del intento de golpe de Estado de Tejero del 23-F (y por ello denominado "el pacto del miedo"); el Acuerdo Interconfederal (AI), de 1983, el primero asumido por los socialistas de Felipe González en el poder; o el Acuerdo Económico Social (AES), de un año después.

La diferencia entre los Pactos de la Moncloa y el ASE es que, entonces, la oposición trabajó mucho para obtenerlos

Se han destacado abundantemente las principales diferencias entre los Pactos de la Moncloa y el ASE de ahora (¿se han bailado las letras "S" y "E" para que su acrónimo no coincida con el del AES?): las procedimentales (partidos y no sindicatos), los contenidos (reforma y saneamiento de la economía española, y no solo pensiones y negociación colectiva) y los políticos (en 1977 se trataba de ganar tiempo en la calle para que se firmase la Constitución; en 2011, de tranquilizar a los mercados). Pero existe diferencia fundamental central, muy subrayable: entonces hubo un exhaustivo trabajo de la oposición política para mejorar las propuestas y los documentos de Unión de Centro Democrático (UCD). El texto técnico original de los Pactos de la Moncloa lo redactaron José Luis Leal, Manuel Lagares, Raimundo Poveda y Blas Calzada, pero en su contenido final participaron con centralidad economistas como Joaquín Leguina (PSOE) y Ramón Tamames (PCE), o políticos como Fernando Morán (Partido Socialista Popular) o López Rodó (Alianza Popular, que no suscribió los contenidos políticos), además de los representantes de UCD. Hoy, la ausencia del PP en el pacto sobre las pensiones ha sido clamorosa, como lo sigue siendo la existencia de medidas concretas de gobierno, más allá de las consideraciones más generalistas y tópicas.

Siguen siendo tan válidos hoy como en 1977 los principios que convocaron los Acuerdos de la Moncloa, que tantas veces repitió el profesor Fuentes Quintana: exigir de cada grupo social la asunción de sus responsabilidades frente a la crisis, y que ninguna ideología o grupo político cuenta con respuestas y fuerzas suficientes para imponerlas al resto de la sociedad y superar dificultades tan profundas como las que se manifiestan. -

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