_
_
_
_
Entrevista:ÁLVARO FRUTOS | Presidente de Carta Mediterránea

"La ola de cambio en los países árabes llegará a Occidente"

Álvaro Frutos, presidente de la ONG Carta Mediterránea, no puede evitar trazar un paralelismo entre la ola de cambios que vive en mundo árabe y la caída de los regímenes comunistas de Europa del este. Recuerda una reunión de la OTAN en la que participó como director del Gabinete de Crisis de Moncloa allá por el año 1989 sobre las amenazas del futuro, en la que expertos de todo corte enfocaban ponían sus miras en la Unión Soviética y sus países satélite. Esa misma noche, en el hotel, alguien llamó a su puerta y le dijo que ponga la televisión: estaba cayendo el muro de Berlín. "Y no caía de viejo, ni por los tanques de la alianza, sino porque los ciudadanos lo estaban tirando a picotazos porque querían vivir en su sistema como el europeo, con libertades públicas y expectativas de vida. Y nadie fue capaz de verlo venir".

"La UE tiene que dejar la burocracia y hacer política con mayúsculas"

Considera que el efecto dominó desatado entonces es un buen precedente para anticipar los cambios que vendrán. Frutos participa en Vitoria en las jornadas Hablando del Sáhara sin crispación. Nuevos paradigmas para los Derechos Humanos celebradas entre ayer y hoy en Vitoria.

Pregunta. ¿Por qué el conflicto del Sáhara Occidental desata tantas pasiones en España?

Respuesta. Cuando a alguien se le ocurrió el título de las jornadas hubo quien dijo que eso era imposible. Mientras organizábamos las colaboraciones, todos nos iban diciendo "yo soy prosaharaui" o "yo soy promarroquí". Yo, por mi parte, soy pro derechos humanos, pro libertades públicas, quiero ver democracias en el Sáhara, en Marruecos, en Túnez, en todos lados.

P. En España hay un cierto sentimiento de culpa en lo que respecta a la causa saharaui.

R. Hay culpa, pero una culpa mal analizada o interpretada. Porque el Gobierno español de entonces, con la dictadura en una situación muy débil, lo hizo muy mal. La de Hassan II también era débil: fue casi una operación de maquillaje para tener una causa nacional con la que unir al pueblo marroquí en torno a su figura y esto hay que tenerlo en cuenta. Es importante que los expertos se pongan de acuerdo dialogando para encontrar puntos en común para que la ciudadanía no sea pro algo sin saber bien por qué.

P. ¿Sería viable una solución en la que las dos partes no estuvieran de acuerdo?

R. Hay que buscar el punto de encuentro, la solución Baker [un periodo de autonomía para el Sáhara seguido previo a un referéndum] era posible pero Marruecos la saboteó desde el principio. El objetivo que se tiene que buscar es resolver los problemas. Y lo importante es que hay una cantidad incontable de personas desplazada de sus casas en campos de refugiados. Y eso es inaceptable si nos tomamos en serio los Derechos Humanos.

P. ¿Convencerán las propuestas de autonomías de Marruecos si no vienen acompañadas de cambios democráticos?

R. Con la sucesión de Hassan II y la llegada de Mohamed VI se intentó hacer una transición política parecida a la de España. Pero primaron los intereses económicos: las castas privilegiadas se dedicaron a satisfacer sus necesidades. El cambio en los países árabes implicará acabar con ciertos privilegios.

P. España tenía a Europa como referente en su transición. ¿Vamos a ciegas en los países árabes?

R. El modelo es el europeo, manteniendo las peculiaridades de cada sitio. ¿Si un partido democristiano gobernó Italia durante casi 40 años, por qué no va a hacerlo uno de corte islamista en Egipto, siempre que respete las libertades públicas y los derechos fundamentales con garantías sociales y una justicia independiente? Tiene que surgir una clase media que sostenga al estado del bienestar, con un sistema fiscal que asegure un reparto de la renta: tienen que emprender verdaderos procesos constituyentes.

P. ¿Qué papel tiene que jugar la UE en esto?

R. La UE tiene que dejar la burocracia y hacer política con mayúsculas. Necesitamos ideas, pero parece que los pensadores están de vacaciones. El modelo que tenemos ya no nos vale, porque no tenemos la capacidad de crecer de antes y porque tendremos que repartir con estos países para mantener nuestra seguridad. La ola de cambios llegará a Occidente.

Álvaro Frutos

(Madrid, 1960) es licenciado en Derecho

por la Universidad Complutense de Madrid. Director General de la Dirección de Crisis de la Presidencia del Gobierno entre 1989 y 1996, es profesor en excedencia de la Facultad de Ciencias Económicas y Administración de Empresas la Universidad Europea de Madrid y miembro del Consejo Social de la Universidad Carlos III. Presidente del Grupo Cofivacasa, dependiente de la SEPI, dirige desde 2008 Carta Mediterránea, una ONG nacida como una red de intelectuales y pensadores que apuesta por el concepto de diplomacia pública.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_