Raúl Cancio exhibe los destellos de su carrera en Expometro

"No me gusta hacer exposiciones. Será que le tengo demasiado respeto a las paredes", dice Raúl Cancio mientras observa las imágenes en blanco y negro que forman una cronología de sus recuerdos. Esos retales de su vida profesional pueden verse en la sala Expometro, en uno de los andenes de la estación del metro de Retiro, hasta el 24 de febrero.

Nunca ha hecho una exposición, pero esta vez ha sido su editor el que "se ha puesto pesado" y lo ha convencido para que muestre las fotografías que ha recopilado en su último libro Simplemente... periodismo. En la obra, que recorre su trayectoria gráfica y periodística, Cancio revive sus careos con Salvador Dalí, Doris Lessing, María Zambrano, Antonio Gades o Francisco Umbral. También están las experiencias que marcaron su carrera: las noches en los campos de fútbol, las tardes en las plazas de toros, las mañanas en cualquier punto del mundo, sea Nueva York o Belfast -donde lo encañonaron al confundir la cámara de fotos que llevaba bajo el brazo con un arma- y las madrugadas haciendo guardia en los incendios.

Enamorado de Madrid, con aires de dandi castizo, Raúl Cancio comenzó a los 21 años en el diario Pueblo, en 1963. Tiene en su haber el Premio Nacional de Periodismo, el de Fotografía Deportiva y el de las Artes y las Ciencias. En 1980 se incorporó a EL PAÍS, y en 1996 se convirtió durante dos años en subdirector del diario deportivo As.

"No es solo mirar, hay que ver la foto" es el lema que repite una y otra vez a sus alumnos de Fotografía en el Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Cada foto es una historia, que en el libro se encargan de contar los compañeros de la profesión que lo han acompañado en todos estos años. De Joaquín Vidal a Enric González, pasando por Joaquín Estefanía, Álex Grijelmo y Patxo Unzueta.