El año del conejo llega a Madrid

El Quijote de la plaza de España no tenía ni idea de que ayer tendría que compartir espacio con una cultura foránea. El agua de su alberca estaba congelada, todo lo contrario de lo que estaba pasando a su alrededor. La comunidad china residente en Madrid coloreaba de rojo y amarillo el paisaje urbano de la capital para celebrar el nuevo año. Las aceras grises de la Puerta del Sol y de la plaza de Oriente recibieron con curiosidad el pasacalles de dragones, tigres, leones que formaban los vecinos de ojos rasgados. El año del tigre quedaba atrás y llegaba el turno del conejo, que según la astrología china, simboliza la gracia, los buenos modales, el consejo sabio, la bondad y la sensibilidad.

De los 50.000 chinos que viven en Madrid, 8.000 son empresarios

La fiesta acaba el 19 de febrero con más actuaciones y un sorteo de regalos

Vestidos con trajes tradicionales, portando pancartas de la asociación a la que pertenecen y ondeando banderas de la República Popular y de España, han desfilado en orden ante la mirada de los curiosos paseantes y los fotógrafos improvisados móvil en mano. Las mujeres de la asociación femenina de comerciantes chinas eran las más organizadas. "Hay que hacerlo bien", reclamaba Qiau Li Chen o María para los occidentales en un español casi perfecto que ha conseguido después de vivir 26 años en España.

En filas perfectamente alineadas y con un traje rojo "traído de China especialmente para esta ocasión", desfilaba esta mujer junto a sus compañeras al ritmo de platillos que marcaba la cabecera de su organización. Como ellas, medio centenar de compatriotas se unió a la fiesta que por segunda vez asienta su escenario en la plaza de España, después de recorrer la Puerta del Sol, la plaza de Oriente y de pasar por delante del Senado sin casi interrumpir en absoluto el tráfico.

La alfombra roja y las autoridades les esperaban al final del recorrido para reconocer el "esfuerzo" y la "riqueza cultural y económica" que la comunidad china ha aportado a Madrid. Así lo ha reconocido el viceconsejero de Inmigración de la Comunidad de Madrid, Gabriel Fernández Rojas.

El desarrollo económico de la comunidad china ha sido especialmente destacado entre los discursos de las autoridades invitadas. Entre ellas el embajador Zhu Bangzao. De los 50.000 chinos que viven en la Comunidad de Madrid, en torno a 8.000 son pequeños o medianos empresarios. No en vano, la organización de la fiesta ha recaído este año exclusivamente en los colectivos y asociaciones chinas. "El empresario pone mucho dinero en esta fiesta. Compran los regalos que se sortearán el 19 de febrero en el Palacio de los Deportes", explicó un sinófilo desde los 14 años. Miguel Juzgado es uno de los numerosos españoles que desfilaban juntos a los orientales. Es profesor de artes marciales y una de sus alumnas destaca lo "diferente" que le resulta esta manera de celebrar la llegada del año nuevo.

Hay quien toma uvas, quien se da un beso a medianoche y, como los chinos, quien espera hasta febrero para festejar la Nochevieja. Pero no es libre albedrío. El Año Nuevo oriental viene fijado por los ciclos lunares. Por eso no se sabe qué día de enero o febrero se celebra cada año. La fecha tiene que coincidir siempre con la segunda luna nueva después del solsticio de invierno.