Este equipo sabe sufrir
Pocas cosas me sorprendieron en el partido que dio a España la novena medalla internacional de su historia en el balonmano. Pero hubo algo que me gustó constatar: este equipo sabe sufrir. No es una selección de estrellas como había ocurrido en otras etapas, pero tiene unos valores muy arraigados que con Valero Rivera todavía se han potenciado más. Son un equipo y se comportan como tal tanto dentro como fuera de la pista. Y esa cualidad les concede un plus en los momentos más difíciles porque juntos se sienten más fuertes.
A lo largo del campeonato se ha visto cómo España ha ido creciendo como equipo y como grupo humano. Estuve con ellos en el Mundial de Croacia 2009 porque Rivera me pidió que regresara a la selección y viví uno de los momentos más duros [el conjunto acabó en la 13ª posición]. Estábamos hundidos porque nos vimos relegados a disputar unos puestos que no eran los que por nuestro nivel nos correspondían. Fue extremadamente duro. Sin embargo, estaba claro que aquel equipo debía crecer, tenía que hacerse fuerte. Habíamos llegado a Croacia sin tiempo para nada y con varios jugadores y un entrenador nuevos.
Valero necesitaba tiempo para implantar sus métodos y el equipo también para descubrir que su nuevo técnico merecía toda su confianza. En el Europeo de Suiza, el año pasado, todo mejoró. Pero creo que ha sido en Suecia donde el conglomerado ha adquirido solidez. Ahora el equipo cree en Valero y él cree en el equipo. Y juntos pueden alcanzar la meta que se proponen en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Mientras tanto, ayer mostraron una solidez defensiva notable y constataron la calidad de la portería. Pero eso no constituye una sorpresa para mí. Sé cuáles son sus valores.
Esperaba un partido igualado hasta el final. Y pensaba que, jugando en casa, Suecia mantendría la iniciativa, tal como ocurrió. Pero estaba convencido de que España se sostendría siempre en la lucha esperando su momento. Llegó al final y no lo desaprovechó. Creo que nuestros jugadores se merecieron la victoria porque supieron sufrir cuando iban por debajo en el marcador y porque siempre mantuvieron la fe en ellos mismos. Fue un momento de felicidad para todos ellos y para muchos seguidores que han sufrido con este equipo desde lo que pasó en Croacia. Ayer hicieron algo muy grande. El bronce vale su peso en oro.
David Barrufet, ex portero, fue 280 veces internacional con la selección española. Fue campeón del mundo en Túnez 2005 y jugó su último partido en el Mundial de Croacia 2009.
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