Unicaja presume de su "privilegiada" posición al evitar el riesgo del ladrillo

Mientras la mayoría de las cajas de ahorros viven días de infarto a la espera de conocer el límite de capitalización mínimo que va a exigir el Gobierno para evitar ser nacionalizadas, Unicaja aguarda con la placidez de saber que su core capital es el más alto de todo el sistema financiero español, 13,1%, y se permite sacar pecho de una posición que su director general, Manuel Azuaga, calificó ayer de "privilegiada".

La entidad remitió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores la información detallada sobre su estado financiero requerida por el Banco de España para la mejora de la transparencia en la que se evidencia una situación con "elevados niveles de solvencia, excelente calidad de activos, amplia liquidez y una de las mejores calificaciones crediticias del sector", según expuso Azuaga.

La clave de esta situación se explica en la escasa inmersión que en los años de bonanza hizo Unicaja en el sector del ladrillo, y que hace que presente una configuración de negocio muy diferenciada al resto del sector. Los créditos a promotores (2.948 millones) apenas representan el 13% de su cartera, cuando la media de las entidades financieras alcanza el 20%. La mitad de los 24.616 millones de euros de la cartera crediticia de Unicaja corresponde a préstamos hipotecarios a particulares.

Además de haber limitado su participación en el sector de la construcción, cuando lo ha hecho ha sido en operaciones de menor riesgo. Así, solo el 2,7% está invertido en suelo y el 65% del volumen de inversión ha sido en promociones de primera vivienda, y no en urbanizaciones residenciales, que son más inciertas. La capacidad de Unicaja para absorber pérdidas por depreciaciones de los activos inmobiliarios se cifra en el 62% de los mismos -el valor total de los activos en el momento de la adjudicación sumaba 985 millones de euros-.

Según el director del área de Planificación y Control, Juan José Navarro, "la prioridad de Unicaja siempre ha sido el saneamiento interno y la capitalización de la entidad, y precisamente la reestructuración del sector se produce por las necesidades de capital", por lo que Unicaja no ha necesitado de las ayudas públicas ni reestructuración dado su nivel de solvencia.

La primera entidad financiera netamente andaluza ha seguido una política de "prudencia y eficiencia" y ha desestimado varias operaciones de fusión porque ponían en riesgo su posición privilegiada (Caja Castilla-La Mancha o Cajasol). Sobre el futuro, Azuaga insistió en que Unicaja "siempre estará abierta a operaciones que fortalezcan su posición sin menoscabar su solvencia, liquidez y rentabilidad".

Actualmente Unicaja aplica un plan de reestructuración para disminuir los gastos de explotación que contempla el cierre de 100 oficinas y una reducción de 500 puestos de trabajo en dos años.

La dirección de Unicaja resalta que es "líder indiscutible" en Andalucía, donde absorbe una cuota de 10% de los créditos y el 13% de los depósitos.

Otro dato destacable es la limitada dependencia de financiación de operadores mayoristas y que los vencimientos que tiene en los dos próximos años por cédulas hipotecarias principalmente son "fácilmente financiables".