Un preso incendia la enfermería de la cárcel de Picassent

Un interno prendió fuego el lunes por la tarde a la enfermería de la cárcel de Picassent usando como combustible un montón de ropa y papel de periódico que había amontonado debajo de la cama de su celda. El hecho de que los colchones fueran ignífugos limitó el alcance de las llamas, pero no evitó que una gran humareda se extendiera por la planta "haciendo el ambiente irrespirable e impidiendo ver absolutamente nada", según afirmó ayer Acaip, principal sindicato de funcionarios de prisiones.

La alarma generada llevó a la evacuación de la unidad, que alberga a 70 reclusos, la mayoría de ellos con algún tipo de patología psiquiátrica.

Según el sindicato, cuando los vigilantes echaron mano de las mascarillas antiincendios de la enfermería descubrieron que la mayoría no funcionaba, lo que les obligó a ir a buscarlas a otros módulos. Tampoco funcionaron las alarmas antiincendios que, según Acaip, llevan años estropeadas. "Lo peor", señalaron en un comunicado, "es que no hay visos de que se vayan a arreglar ya que los componentes parece que están descatalogados".

El fuego fue finalmente sofocado sin que se registrasen mayores daños personales que alguna dificultad respiratoria que pudo ser tratada en el mismo centro. Ello fue gracias, siempre según el sindicato, a la profesionalidad de los funcionarios, que arriesgaron "su integridad física para intentar apagar el fuego". Ninguno de ellos había recibido formación en la extinción de incendios, agregó Acaip.

El sindicato consideró "inadmisible" que la Administración escatime en medidas de seguridad; "la respuesta es siempre la misma, antes cuando no había crisis y ahora que sí la hay: no hay dinero". En julio pasado la inspección de trabajo detectó múltiples deficiencias en la prisión. Entre ellas, "la inexistencia de cámaras y el no funcionamiento de dispositivos de seguridad en caso de incidente grave", según difundió en aquel momento Acaip.