Los parados no secundaron el paro
El propósito era llegar desde Neptuno hasta La Moncloa. Pero a las doce del mediodía solo se juntaron 300 parados. Al resto no les llegó la iniciativa. O no les gustó. O hacía demasiado frío. O estaban ocupados en otros asuntos. La idea era formar una larguísima cola de desempleados que cubriese los cinco kilómetros que separan la fuente del dios del mar de la residencia donde reside el presidente del Gobierno. La marcha se convocó como acto de protesta. Los manifestantes, que se rindieron a la altura de Callao al ver que les faltaban más de 4.000 personas para lograr el objetivo, llevaban grandes pegatinas con un "no" mayúsculo impreso.
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