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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Teología de los combustibles

Gasolinas y gasóleos en España han subido en los últimos días hasta niveles desconocidos. Por ejemplo, el precio de la gasolina de 95 octanos sin plomo alcanzó los 1,285 euros por litro, por encima de los 1,277 que llegó a costar el 14 de julio de 2008 cuando el barril estaba en 147 dólares. Sirva esta desconexión entre lo que sube la gasolina y la evolución del precio del petróleo para justificar la perplejidad de los consumidores. El mercado está liberalizado, sí, pero ¿con qué criterio se suben los combustibles? Las petroleras, estaciones de servicio y operadores de los carburantes en general han elaborado una barroca teología para explicar cómo se producen estos fenómenos. Explicación primera: el precio de la gasolina no depende directamente del precio del crudo, sino de la cotización de los mercados de gasolinas, que no siempre siguen el del petróleo. El petróleo puede bajar y los carburantes pueden subir; por ejemplo, porque haya disminuido la actividad de refino.

Explicación segunda: la culpa es de los impuestos. Si se comparan los precios de julio de 2008 con los de enero de 2010, los operadores observan que las subidas fiscales (IVA, especiales) han tenido una repercusión de 55 céntimos en el litro de gasolina; el coste de incorporación de los biocombustibles equivale a una subida de 1,9 céntimos por litro; como el precio internacional de la gasolina ha bajado en 6,5 céntimos por litro entre 2008 y 2010, la diferencia explicaría el encarecimiento entre ambas fechas. Explicación tercera (poco difundida): a veces, cuando aprieta la inflación o cuando se hizo evidente el crash financiero, el aumento de los precios internacionales no se repercute. Pasado el apuro, se compensa.

La teología de los precios de los combustibles es, como todas las teologías, correcta; al fin y el cabo, es difícil de demostrar, siempre se encuentra una razón para explicar un efecto y es fácil dejar fuera de análisis el fragmento de realidad que convenga. El que queda oculto en este caso es la falta de competencia entre empresas (petroleras, estaciones de servicio). Si realmente existiera, los agentes del mercado se verían obligados a reducir drásticamente sus márgenes en busca de clientes.

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