Vía libre para prolongar la Castellana al norte
La Comunidad de Madrid emite un informe medioambiental favorable para la Operación Chamartín
La Operación Chamartín, el gran proyecto urbanístico del norte de Madrid, parece regulado por un semáforo. Cada vez que ha recibido luz verde en alguno de los procesos, a los pocos meses se ha encendido una luz roja que lleva dilatándolo durante casi 20 años. Ahora, la Comunidad de Madrid ha emitido el informe de evaluación ambiental que da comienzo a la cuenta atrás para el proyecto con el que se prevé construir 17.000 viviendas en la prolongación de la Castellana, sobre las vías -que serán soterradas- de la estación de Chamartín. La Dirección General de Evaluación Ambiental ha emitido un informe que avala el plan urbanístico parcial diseñado por el Ayuntamiento de Madrid y promovido por la sociedad Desarrollos Urbanísticos de Chamartín (Duch), titular de los derechos de explotación de los terrenos. Cuando el proyecto urbanístico para prolongar la Castellana 2,8 kilómetros tenga el visto bueno definitivo, será uno de los motores económicos de la ciudad y servirá para recuperar las depauperadas cuentas municipales.
El plan prevé 17.000 viviendas en la ampliación del paseo
El soterramiento de las vías de tren deja libres 3,1 millones de metros cuadrados
La propuesta incluye un gran centro de negocios y cuatro rascacielos
Es la gran operación urbanística de Madrid para los próximos 30 años
El plan contempla la creación de un gran centro de negocios en el norte de la capital, con la construcción de cuatro enormes rascacielos y de una veintena de torres con más de 20 pisos que flanquearán la nueva Castellana ampliada. La operación consiste en soterrar parte de las vías de la estación del norte para liberar unos 3,1 millones de metros cuadrados. Esta zona se convertirá en la mayor operación urbanística de Madrid en los próximos 30 años. Se ha reservado suelo para construir parques y jardines (53 hectáreas), y equipamientos públicos (81 hectáreas). Además, se prevé destinar otras 123 para infraestructuras de comunicación (calles, avenidas y otros medios de transporte).
El 5 de noviembre de 2009, la junta de Gobierno del Consistorio de Madrid, que dirige Alberto Ruiz-Gallardón, aprobó el plan parcial urbanístico de la Operación Chamartín. Poco después lo sacó a información pública para recoger las 129 alegaciones de los ciudadanos y lo remitió a la Comunidad de Madrid. Ahora, con la autorización de Medio Ambiente regional, solo resta que el pleno del Ayuntamiento lo valide. La aprobación definitiva se logrará cuando el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid rubrique el plan municipal. Esta semana está previsto que se celebre la comisión de urbanismo municipal en la que previsiblemente se debatirá este asunto que está al final del túnel administrativo.
El informe recién aprobado por la Dirección General de Evaluación Ambiental avala el plan municipal pero establece algunos condicionantes. "El plan parcial ha previsto las medidas que desde el punto de vista ambiental corresponden a este nivel de planificación, debiendo atenderse en cualquier caso a los condicionantes establecidos en los informes sectoriales", señala el documento regional. La Operación Chamartín afecta a más de tres millones de metros cuadrados, que serán compartimentados en unidades de ejecución, miniproyectos para flexibilizar su desarrollo. Por eso, el informe de evaluación ambiental regional precisa que "los proyectos de ejecución deberán someterse a un informe de evaluación ambiental emitido por la Comunidad de Madrid con el fin de valorar los notables impactos ambientales previsibles que llevan aparejados". Con esta coletilla, la Comunidad de Madrid se asegura la tutela del proyecto y el cumplimiento de todos los requisitos ambientales. El documento concluye: "La aprobación de cualquier proyecto cuya ejecución precise necesariamente de infraestructuras sometidas al procedimiento de evaluación ambiental deberá condicionarse a la tramitación y resolución previa de este".
Cuando arranque el proyecto, dentro de unos meses, supondrá una importante inyección económica para la ciudad. Está previsto que se creen unos 20.000 empleos en la ejecución de la Operación Chamartín, que supondrá una inversión de 11.000 millones de euros por parte de las tres Administraciones implicadas en el plan (Ministerio de Fomento, Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Madrid). Aunque la inversión no costará dinero a los ciudadanos porque saldrá de las plusvalías generadas con la explotación urbanística de la zona. El plan diseñado por el Consistorio prevé construir 13.000 pisos y otras 4.000 viviendas protegidas en la prolongación de la Castellana hacia el norte con 2,8 kilómetros hasta conectarla con la M-40. Cuando la ambiciosa operación urbanística esté concluida, dentro de 10 o 15 años, vivirán en la zona unas 50.000 personas.
El plan también incluye la ampliación, en 100.000 metros cuadrados adicionales, de la vieja estación ferroviaria de Chamartín. Se ampliará el número de vías, de 21 a 32, para prolongar las líneas del AVE hacía el norte de la ciudad. También se prevé la prolongación de la línea 10 del metro con la construcción de cinco nuevas estaciones del suburbano. En el diseño, presentado hace poco más de un año por Gallardón, está prevista la remodelación del arco norte de la M-30. La idea es construir un subterráneo desde la avenida de la Ilustración hasta la avenida de Pío XII, lo que supondría un coste de 1.400 millones de euros. La idea es crear una "nueva centralidad" en el norte de la ciudad, con un "proyecto de reconstrucción urbana que aprovecha los suelos ferroviarios e industriales obsoletos".
Cuando comience la ejecución de la Operación Chamartín, rebautizado como prolongación de la Castellana, quedarán atrás 20 años de disputas entre Administraciones, trabas administrativas y pausas por intereses mercantiles. El plan original vio la luz en octubre de 1993, cuando Renfe sacó a concurso un proyecto para dotar de uso y gestionar la explotación de los terrenos que ocupaban las vías de la estación de Chamartín. La idea original era ampliar la Castellana. Se hizo con el contrato Argentaria, luego absorbida por BBVA, con un proyecto de Ricardo Bofill. Ahora el plan original ha sido retocado y mejorado por el arquitecto José María Ezquiaga.
Casi 20 años de anuncios y negociaciones
- En octubre de 1993 Renfe convocó un concurso para explotar y dotar de uso 610.000 metros cuadrados de su propiedad ocupados por las vías de la estación de Chamartín. Unos días antes se conoció el proyecto de Argentaria, elaborado por el arquitecto Ricardo Bofill, para desarrollar urbanísticamente la zona.
- En junio de 1996, el Ayuntamiento de Madrid suscribió un convenio con varios propietarios de terrenos. El acuerdo suponía el pistoletazo de salida a la Operación Chamartín, que consistía en la recalificación de suelo para construir 1.000 viviendas a cambio de que los promotores, Renfe y Argentaria, fundamentalmente, financiaran los equipamientos de transportes.
- En julio de 1998, el Ayuntamiento avaló el estudio económico realizado por la sociedad Desarrollo Urbanístico de Chamartín (DUCH) sobre la operación que preveía ampliar la Castellana hasta la M-40. El coste estimado entonces rondaba los 1.000 millones de euros y el proyecto incluía la construcción de 56 nuevas calles.
- En septiembre del mismo año, el entonces consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, anunció su intención de presentar un proyecto para permitir la construcción de 12 rascacielos en los terrenos de la Operación Chamartín.
- En 1999, el Ayuntamiento de Madrid elevó la edificabilidad en el futuro desarrollo urbanístico un 25%. La medida permitiría construir 14.000 viviendas de precio libre. Además, se reservó suelo para levantar viviendas protegidas.
- En diciembre de 1999, el Ayuntamiento de Madrid aprobó el inicio del proceso para hacer una modificación puntual de su plan general urbanístico para ampliar en tres kilómetros la Castellana y poder construir en la nueva zona.
- En 2002, el Consistorio de la capital aprobó la modificación puntual en el PGOU que afectaba al desarrollo de Chamartín.
- En 2005, Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid, y Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de la ciudad, culparon al Ministerio de Fomento de paralizar el proyecto.
- En 2006, el Ministerio de Fomento alcanzó un acuerdo con Duch, los gestores del suelo: a cambio de 2.000 millones, la empresa construiría pisos baratos.
- En diciembre de 2008,
más de 15 años después de planearse la operación, el Ayuntamiento de Madrid y Fomento firmaron el convenio que dará luz verde a la mayor operación urbanística de Madrid para los próximos 30 años. Se construirá un nuevo barrio sobre las vías (soterradas) de Chamartín. El proyecto tenía un coste estimado de 11.000 millones.
- En diciembre de 2009, Gallardón aprobó el plan parcial definitivo.
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