En tiempos de crisis, soluciones de crisis
Cinco firmas nacidas en la depresión crean un 'Woook' para atraer clientes
En una sartén cóncava asiática caben los ingredientes más diversos: la arquitectura, el diseño, la fotografía y la gastronomía. El resultado es un plato variado que se puede ver, tocar, oler y degustar en el Sporting Club de Russafa hasta hoy. En este antiguo gimnasio, convertido en un espacio cultural de "las artes contra las artes", cinco jóvenes empresarios han decidido unir recursos, presentar conjuntamente sus productos y compartir clientes bajo la marca Woook. "La idea nació de una noche de insomnio, dando vueltas acerca de cómo podíamos atraer gente para salir de la crisis", recuerdan Olivier Breda y Manuel Miralles, arquitectos treintañeros, que hace tres años apostaron por abrir Dzerostudio.
"El wok mezcla los ingredientes. Y este evento es una mezcla de los sentidos"
La inauguración, el jueves, de esta novedosa forma de ofrecer sus servicios no fue una exposición al uso de productos. "En la cocina, se cocina; en el bar se sirve el vino; el mobiliario se usa, todas las acciones se muestran interactuando en el mismo evento. Esto no es el IVAM. Es un espacio vivo", apunta Olivier. La idea central, explica este joven arquitecto, es que "en tiempos de crisis, hay que optar por soluciones de crisis. Y el wok es una sartén en la que se mezclan todos los ingredientes. Este evento es una mezcla de los sentidos".
Mientras Paula Vanicka, creativa del estudio de informática Lilaluchs, toma fotografías de los asistentes para demostrar "la importancia de la imagen de una empresa en el marketing corporativo"; Mª José López Peidró sirve el vino ecológico de Chozas Carrascal, producido en 40 hectáreas de viñedos de la bodega de Requena que dirige con 26 años.
Al fondo, el chef belga afincado en Valencia, Taco Van der Vet, produce exquisitos platillos de inspiración oriental que se pueden degustar en el mobiliario de La Mamba. Un joven estudio de diseño integrado por creadores nacionales y latinoamericanos. "La fusión de pensamientos" es su "punto fuerte" a la hora de proyectar su trabajo, explican dos de sus promotores Pedro Rivera y Rafa Zaragoza. Uno de sus proyectos es Minai Eperience, que pretende redefinir el concepto de mobiliario abstrayéndose de la mera funcionalidad del objeto.
En ese espíritu encaja la filosofía de Va Vive Catering, en la que Van der Vet hace especial énfasis en la "comida personalizada" a un precio diseñado para las crisis y para comer en casa. "Con la crisis, la gente ya no tiene tanto dinero para salir a comer fuera, yo ofrezco soluciones a precios económicos", precisa.
El eje central de proyecto Woook (www.woook.eu) es compartir clientes y unificar recursos. "El objetivo es que empresas jóvenes se puedan dar a conocer", aventura Olivier, que anticipa que la idea es repetir este tipo de presentaciones para que se sumen más creativos. "Este trabajo puede ayudar a otras empresas, porque no hay mejor manera de enfrentar la crisis que la creatividad", certifica su socio Manuel.
La mejor respuesta a esta iniciativa: los dos centenares de conocidos y clientes que acudieron al estreno. Y las decenas de inscritos en el resto de jornadas de degustación y exhibición que culminan hoy con un taller para niños, con la colaboración de Carolina Bermúdez, de Lemon Tree Kindergarten, una escuela infantil con la filosofía Montessori.
El envite lanzado durante cuatro días confirma por sí mismo que la creatividad es capaz de sobrevivir a la recesión. "Todas las empresas nacimos en plena crisis y tres años después hemos sido capaces de mostrar lo que hacemos", certifican los promotores de Dzerostudio. Todo un brindis al futuro, apolítico y sin subsidios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.