Chueca está en calzoncillos y en bragas
Ana Botella es una mujer que, no sabemos por qué, ha llegado a ser concejala de Medio Ambiente de Madrid. Ah, perdón, que es la esposa de Josemari Aznar, se me olvidaba, qué cabeza la mía. Cabecita loca. Bueno, pues eso, empiezo de nuevo: Ana Botella es esposa de Josemari Aznar y concejal de Medio Ambiente de Madrid. Como es esposa de Josemari Aznar y lleva toda la vida muy ligada a los Legionarios de Cristo, está, por la parte de la impregnación conyugal, muy preocupada por la contaminación y, por la parte del cristianismo de élite, muy atenta a los asuntos relativos a la moral y las costumbres. Por eso ha tramitado un expediente por superación de los niveles de ruido en el barrio de Chueca durante las fiestas del Orgullo 2010. Ella dice que no, que no ha actuado impulsada por sus prejuicios, pero lo cierto es que lleva dos años obsesionada con sacar el Orgullo de Chueca, en un incansable ataque contra las empresas del barrio, ya sea en forma de cierres, de recortes de horarios o de prohibición de terrazas. Ella dice que no, aunque su colega Manuel Tuero, director del Departamento de Calidad, Control y Evaluación Medioambiental del Ayuntamiento, se refiere (off the record) a nuestra ciudad, cuando celebra una fiesta que comenzó como una reivindicación de derechos humanos y que se ha convertido en la gran fiesta madrileña anual, qué orgullo, como "la capital del libertinaje". Cuando Turero dice "libertinaje" se refiere, al parecer de manera explícita, a gente en "calzoncillos y bragas", qué fino, pero confunde libertinaje con libertad, como diría él mismo pero al revés, olvidando, por un lado, que lo que se celebra es la igualdad de todos ante la ley (gais, lesbianas, bisexuales y transexuales incluidos, vaya por Dios), esa igualdad que su partido ha llevado hasta el Tribunal Constitucional porque se preocupa más por las bragas ajenas que por la libertad, también la ajena. Este político de libre designación se escandaliza de un Orgullo que atrae a Madrid a 250.000 extranjeros, más que cualquier otro evento nacional (incluidos los malditos sanfermines), y que ha conseguido que por segunda vez consecutiva (en 2009 y 2010) el Orgullo haya recibido el "Premio MTV al Mejor Evento Gay del Mundo". Se escandaliza cuando su responsabilidad y su sueldo le obligarían a sentirse orgulloso.
El barrio tiene la impagable ventaja de la diversidad y del respeto
Es cierto que las fiestas del Orgullo han llegado a prender de tal modo en la sociedad madrileña que su celebración en Chueca se había vuelto insostenible en los últimos años, dada la afluencia masiva de gente al barrio. A riesgo de morir de éxito, los propios organizadores (FELGTB, COGAM y AEGAL) acordaron medidas como la reducción de las barras en la calle, del horario de las actuaciones o sesiones musicales y del número de días de fiesta (se eliminó el miércoles y casi todo el domingo), pero también es cierto que el barrio de Justicia no dispone de ninguna otra fiesta popular, con los naturales inconvenientes que conllevan estos festejos. A pesar de su esfuerzo, se han encontrado con la frontal oposición de la Asociación de Vecinos de Chueca, que se niega al diálogo y ha interpuesto la denuncia que origina esta sanción de 35.000 euros. Pero que nadie se engañe: la AV de Chueca no son, no somos, todos los vecinos del barrio. Llevo viviendo en Chueca desde hace 15 años y me siento identificada con su idiosincrasia y orgullosa de su evolución: aún recuerdo cuando, casi adolescente, dábamos rodeos para llegar al Ras, en la calle Barbieri, sin cruzar por la plaza, porque nos daba miedo que nos atracaran (¡Ah, aquel Ras de puerta cerrada donde se abrían todas nuestras ventanas!). Ahora Chueca es en todo el mundo un referente de tolerancia y de rehabilitación urbanística. Y ese ejemplo lo hemos dado defendiendo una manera de vivir que, con los inconvenientes que soporta todo barrio del centro, tiene la impagable ventaja de la diversidad y del respeto. Una manera de vivir de inspiración LGTB que, por supuesto, también respeta el derecho a la fiesta, a la alegría, a la celebración.
Frente a la actitud de la AVChueca, que no respeta la unidad y la armonía del barrio, y recurre a la demagogia, se ha creado la Asociación Chueca por la Diversidad. Cada vez son más los vecinos que se suman a la defensa de este barrio "diferente", que nos gusta como es, con sus ventajas y sus inconvenientes. El único requisito es ser vecino de Chueca, ya sea en propiedad o de alquiler. Y Chueca se extiende por el distrito 2004, porque no existe como barrio más que en el imaginario universal. Aunque estemos en bragas.
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