Urkullu deplora las "prácticas ilegales, indecentes, chapuceras y asquerosas"
El malestar crece en la ejecutiva del PNV tras levantarse el secreto del sumario del caso Tellería. Un nuevo y buen ejemplo de ello fue la contundencia con que el líder peneuvista, Iñigo Urkullu, se refirió ayer, sin citarla expresamente, a la supuesta trama de espionaje en varias ocasiones en un acto en Durango. Urkullu insistió en que la "honradez y transparencia", palabras que repitió juntas hasta cuatro veces, "son los valores" de su partido: "Los que nos han traído hasta aquí y los que vamos a legar al futuro. Están escritos en la primera línea de todos nuestros programas", recalcó.
"El ejercicio de la política, de nuestro servicio, no puede verse interferido ni ennegrecido por prácticas ilegales, indecentes, chapuceras y asquerosas", resaltó Urkullu. Y se reafirmó en el texto que colgó en su blog el sábado en el que ya señalaba que espiar en política es "asqueroso y repudiable". El dirigente nacionalista se mostró seguro de que todos los presentes en el acto y el cuerpo social del PNV las "ratifican también plenamente".
La incómoda situación del PNV, en especial de su dirección en Álava, ha aumentado desde que la semana pasada se levantase el secreto del sumario de la causa en la que está imputado por supuesto espionaje su ex dirigente en esa provincia Aitor Tellería, quien admitió al juez que se encargaba de investigar "los anónimos" que iban llegando al partido. La firmeza de Urkullu contrasta con la tibieza con la que se ha pronunciado hasta ahora el presidente del partido en Álava, Iñaki Gerenabarrena.
Urkullu, quien recordó que la política "no precisa de otros instrumentos", instó a su ejercicio noble, "en particular con el adversario". El que no siga los "principios éticos" del buen gobierno "no tiene sitio en el PNV", concluyó.
