_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Hay salvación para el PSOE?

Los socialistas andaluces se encuentran frente al momento más dramático de su reciente historia. El próximo año cumplirán tres décadas seguidas en el poder. La posibilidad de perderlo es real.

El problema es que, si no hacen algo, y pronto, cederán ese poder al PP, un partido que gobernará peor que los socialistas, según la última encuesta del IESA. Además, el presidente José Griñán daría el relevo a un líder, Javier Arenas, derrotado ya en tres ocasiones y que está peor valorado que él mismo por los andaluces.

Se da con Arenas la misma paradoja que con Mariano Rajoy: el 59% de los votantes populares no confía en él. Además, está peor valorado que Zapatero. Sin embargo, parece que ganará (encuesta de Metroscopia para EL PAÍS).

La victoria de Arenas, uno de los últimos aznaristas duros en activo, dejaría a la sociedad andaluza, que se declara mayoritariamente de izquierda y centro izquierda, en manos de un partido al que los electores califican próximo a la derecha extrema (7,69 en una escala del 1 al 10).

Lo decía Griñán el lunes, en el mitin de presentación del candidato de Sevilla, Juan Espadas: "El pueblo andaluz se siente progresista y sabe que nos enfrentamos a fuerzas reaccionarias".

La derrota anticipada por las encuestas de los socialistas obedece a varias causas. La primera, la crisis, que golpea a todos los que gobiernan. Ocho meses después de ganar las elecciones en Gran Bretaña, David Cameron, el líder conservador cuyo programa económico entusiasma a los dirigentes del PP, sería barrido por los laboristas. Sarkozy o Merkel, también conservadores, correrían la misma suerte.

En el caso español y andaluz hay otra razón importante: decepcionados, cientos de miles de simpatizantes abandonan al PSOE. "Muchos de los votantes están retraídos o enojados", reconoce la consejera de la Presidencia Mar Moreno.

¿Puede revertir el PSOE esta situación? Sí. Si es capaz de recuperar su electorado.

Además, deberá rectificar errores (reforma del sector público) y multiplicar aciertos. Por ejemplo, enviando más señales de que no solo pagan la crisis los de siempre, sino que este Gobierno es capaz de subir el IRPF a los que más ganan y de gravar con una tasa los depósitos bancarios.

Deberá articular todas las medidas que produzcan una reducción del paro, en especial el que afecta a los jóvenes. Aliado con sindicatos y empresarios y promoviendo políticas efectivas de empleo.

Deberán explicar a su electorado que hay distintas formas de afrontar la crisis. Obsérvese lo que hacen los populares donde ya gobiernan.

Mientras Esperanza Aguirre adelgaza la enseñanza pública y prima la concertada y la privada, aquí se aumenta el número de profesores, se mantiene la gratuidad de los libros y se entregan miles de ordenadores. Mientras Galicia reduce los fármacos disponibles por la Seguridad Social, aquí se destina casi un tercio del presupuesto al gasto sanitario.

¡Qué decir de la dependencia! Una excelente labor de la consejera Micaela Navarro ha logrado que el número de dependientes atendidos en Andalucía (183.000) sea superior al de las seis comunidades autónomas gobernadas con mayoría absoluta por el PP. El dinero invertido en cada dependiente aquí es el triple que el destinado por Aguirre en Madrid o Camps en Valencia.

¿No haría Arenas lo mismo que sus correligionarios, si llega a gobernar?

No todo está perdido. Se puede ganar. Zapatero ha recortado cuatro puntos en un mes a Rajoy con el ascenso de Pérez Rubalcaba. Los políticos vuelven a estar por encima de los técnicos.

Porque, aunque la derecha lo niegue, siguen vivas las ideologías. O eso creen muchos de los que podrían dar su voto a la izquierda. Como dijo Espadas el lunes, hay que "movilizarse contra el silencio ideológico".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_