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Sarkozy denuncia la "depuración religiosa" contra los cristianos orientales

Antonio Jiménez Barca

Como todos los presidentes franceses, Sarkozy dedica los primeros días de enero a reunirse con varios sectores sociales, para felicitarles el nuevo año. Ayer les tocaba a los líderes religiosos. Se cumplía una semana exacta del atentado de Alejandría, en el que un terrorista suicida mató a 29 personas a la salida de una iglesia copta. Así, Sarkozy, en el Elíseo, delante de los representantes de todas las iglesias de Francia, recordó ese incidente y también los atentados que han sufrido últimamente los cristianos en Bagdad y añadió: "No podemos admitir o facilitar lo que cada vez parece más, y empleo conscientemente una palabra dura, un plan particularmente perverso de depuración en Oriente Próximo, de depuración religiosa".

El jueves, el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Angelo Bagnasco, había reclamado a la comunidad internacional, y en especial a la Unión Europea, en nombre del Papa, que hiciera oír su voz de forma "fuerte y clara para que el derecho a la libertad religiosa se respete en todas partes y sin excepciones".

"En Irak, como en Egipto, los cristianos de Oriente están en su casa y la mayoría se encuentran ahí desde hace 2.000 años", añadió Sarkozy. "No podemos aceptar que esa diversidad humana, cultural y religiosa, que es la norma en Francia, en Europa y en la mayor parte de los países occidentales, desaparezca en esa parte del mundo", dijo después. "Los derechos que están garantizados en nuestra casa a todas las religiones deben ser recíprocamente garantizados en otros países".

Ayer, además, se celebraba la Navidad copta y excepcionalmente, fue invitado a la reunión en el Palacio del Elíseo el jefe de la iglesia copta en Francia, Guirguis Lucas. Lucas había celebrado el jueves por la noche la misa de Nochebuena en la iglesia copta de Chatenay-Malabry, en las afueras de París, en medio de unas considerables medidas de seguridad y con la presencia del ministro del Interior francés, Brice Hortefeux. Varias páginas web de musulmanes integristas llevan varios días amenazando los centros religiosos coptos. De ahí la vigilancia policial. A juicio de Sarkozy, la comunidad musulmana en Francia es la primera que se muestra "horrorizada por los crímenes que se cometen en su nombre". "Debemos combatir el hecho de que el islam sea percibido, irracionalmente, como una amenaza. Y lo debemos hacer a través de la comprensión mutua".

[Los ataques contra minorías religiosas como los acaecidos en Egipto, Irán, Irak, Nigeria o Pakistán deben ser un aldabonazo para que las autoridades combatan un fanatismo creciente, señaló ayer Navi Pillay, alta comisionada de derechos humanos de la ONU, informa Reuters. Pillay recordó que los países tienen el "deber legal y y moral de proteger la libertad religiosa" mediante la represión de la violencia sectaria y la supresión de leyes discriminatorias].

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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