Y la fiesta continúa
Dos festivales de música electrónica concentran a miles de jóvenes para dar la bienvenida al año nuevo
La fiesta de fin de año comenzó en la madrugada del viernes con las 12 uvas en la Puerta del Sol y terminó ayer a medianoche en la Casa de Campo y en el palacio de Vistalegre al ritmo que marcaron los mejores DJ de música electrónica.
Los jóvenes madrileños celebraron el año nuevo en las ocho macrofiestas autorizadas y en los 291 bares que solicitaron ampliar al horario habitual para celebrar 2011. Pero la fiesta continuó durante todo el día de ayer. A mediodía comenzaron dos festivales de música electrónica en el Palacio de Vistalegre y en el Madrid Arena, en la Casa de Campo.
Miles de aficionados a este tipo de música se reservaron por la noche para poder festejar durante el día. El Day One, celebrado en Vistalegre, congregó a unos 15.000 jóvenes que vibraron con la música de sus ídolos musicales. Muchos aficionados acudieron disfrazados o ataviados con grandes gafas de plástico o pelucas. El momento más esperado se produjo cerca de las 22.00 cuando el canadiense Richie Hawtin pinchó sobre el amplio escenario principal bautizado como The center, uno de los tres espacios previstos por los organizadores. Entonces los miles de jóvenes, copa en mano, se agitaron con la música de este músico impulsor del Minimal techno.
Las actuaciones de Loco Dice & Marco Carola también revolucionaron a los parroquianos que se desplazaron al multiusos de Carabanchel.
En la Casa de Campo se celebró la quinta edición del Space of Sound Festival, la tradicional fiesta de música electrónica que congrega el primer día de cada año a los aficionados a la música electrónica. Los organizadores también dividieron en cinco zonas las diferentes actuaciones.
El SOSF presentó un cartel conocido por los asistentes de otras ediciones. Los asistentes gritaron con la música de artistas de la talla de Sven Väth, Paul Kalkbrenner; Ricardo Villalobos, Carl Craig, Cristian Valera, Ellen Allien, Thomas Muller, Alex Bau o Pier Bucci, entre otros. Este festival, que desplegó miles de vatios con un gran sonido e iluminación, se ha convertido en una de las mayores experiencias audiovisuales.
Estos festivales de música electrónica se han convertido en una alternativa a las tradicionales macrofiestas navideñas, o una moda para continuar la celebración de la noche anterior, y cada año ganan más adeptos. La fiesta se prolongó hasta más allá de la medianoche, cuando algunos jóvenes continuaron en otros locales.
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