Prisión para cuatro guardias civiles por torturar a los etarras de la T-4
La Audiencia de Guipúzcoa da veracidad a las acusaciones de Portu y Sarasola
Justo el día en que se cumplían cuatro años desde el atentado contra la T-4, asociado a los etarras Igor Portu y Mattin Sarasola, la Audiencia de Guipúzcoa comunicó ayer la sentencia del juicio que imputaba a 15 guardias civiles por torturar a ambos terroristas tras su detención. Aunque previsiblemente se recurrirá ante el Tribunal Supremo, el fallo condena a cuatro de los agentes a penas que suman 11 años de cárcel y 40 de inhabilitación, al entender que maltrataron a los arrestados como "venganza" por su pertenencia a ETA y no para obtener información. Los otros 11 implicados han sido absueltos.
Los hechos se remontan al 6 de enero de 2008, cuando Portu y Sarasola fueron detenidos en la localidad guipuzcoana de Mondragón en un control de la Guardia Civil. El sargento Juan Jesús Casas y el cabo José Manuel Escamilla custodiaron al primero de los etarras, mientras que el también cabo Sergio Martínez y el agente Sergio García asumieron la vigilancia de su compañero. La sentencia considera probado que ambos terroristas fueron trasladados en distintos vehículos hasta una pista forestal cercana, previamente acordonada para evitar la presencia de testigos, donde fueron "humillados y golpeados".
La sentencia estima que el maltrato buscó "venganza" y no información
El fallo, recurrible ante el Tribunal Supremo, absuelve a otros 11 agentes
A Sarasola, en concreto, lo amenazaron de muerte. Tras pegarle varios cachetes, lo sacaron del vehículo y lo condujeron hacia un camino de tierra, donde le colocaron una pistola en la sien, lo empujaron cuesta abajo y, cuando estaba en el suelo, "le endilgaron una serie de patadas en los costados y en las piernas, así como un elenco de puñetazos por todo el cuerpo, llegando a colocarle una bota del pie en la cabeza". Durante estos hechos, además, se escuchó un fuerte ruido que algunos agentes identificaron como un disparo.
A Portu, por su parte, le llamaron "gudari (soldado, en euskera) de mierda" antes de propinarle "patadas en las piernas, puñetazos en el vientre" y otro golpe, "de gran intensidad, a la altura de la octava costilla". Después lo trasladaron hasta un río cercano, en cuyo cauce le sumergieron la cabeza "dos o tres veces". Lo levantaron de los tobillos y le hicieron "tragar agua". "Estos son los primeros 20 minutos de los cinco días que tenemos para hacer contigo lo que queramos", llegaron incluso a intimidarle, según se recoge en la sentencia.
El fallo avala la descripción de los hechos que durante el juicio celebrado en octubre defendieron los dos terroristas, condenados a 1.040 años de prisión cada uno por el atentado de la T-4 de Barajas, el 30 de diciembre de 2006, en el que perdieron la vida los ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate. El tribunal, del que ha formado parte el presidente de la Audiencia, el progresista Iñaki Subijana, ha desestimado la versión sostenida por los guardias civiles, en la que atribuían las lesiones causadas a la fuerza que debieron emplear en la detención. El hecho de que Portu y Sarasola sean etarras, según la sentencia, "no fundamenta la ubicación en el terreno de lo increíble de su relato".
La decisión judicial fija cuatro años y medio de prisión y 16 de inhabilitación para Casas, como uno de los artífices de las agresiones a Portu y cómplice, en su condición de máximo responsable, de las sufridas por Sarasola. Además, establece otros dos años y medio de cárcel y ocho de inhabilitación para Escamilla. A Martínez y García les condena a dos años de internamiento y ocho de inhabilitación, respectivamente. La Guardia Civil, además, deberá indemnizar con 18.000 euros a Portu y con 6.000 a Sarasola "por el daño físico y psíquico causado".
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