La policía busca a la niña prostituida en Badajoz
La policía busca a la niña que fue obligada a prostituirse durante dos meses en Arroyo de San Serván (Badajoz) para que la Comunidad de Madrid pueda asumir su tutela, ante la "grave situación" familiar en que vive. Sin embargo, ni la menor ni sus padres han sido localizados, según fuentes del Gobierno regional.
La adolescente, que hace unos días cumplió 15 años, fue rescatada el pasado 4 de diciembre en Arroyo de San Serván, a una veintena de kilómetros de Mérida. Estaba en una casa a la que había sido trasladada en octubre por un novio rumano de 22 años. En ese pueblo pasó dos meses prostituida. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, reveló ayer que la Consejería de Familia y Servicios Sociales ha acudido en tres ocasiones al domicilio de la niña, en el barrio madrileño de Prosperidad, sin que hasta el momento se haya podido localizarla ni a ella ni a sus padres.
14 denuncias
Ya el pasado noviembre, personal de la comunidad fue al domicilio para comunicar a la familia la decisión de hacerse cargo de la tutela de la chiquilla. Pero en ese momento esta estaba desaparecida, según consta en la denuncia interpuesta por su madre el 3 de octubre. Era la 14ª denuncia que cursaba por idéntico motivo en el último año.
Aguirre detalló ayer que los servicios sociales solicitaron el 7 de diciembre a la Consejería de Familia y Asuntos Sociales que asumiera la tutela "con urgencia". El 10 de diciembre, la Comisión de Tutela de la Comunidad decidió que "era recomendable asumir cuanto antes" la responsabilidad legal sobre esta menor.
Fuentes del Gobierno regional han informado de que la decisión de hacerse cargo de la tutela fue adoptada a la vista de un "informe muy duro" de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, que desde abril de 2009 estaban siguiendo el caso. Detectaron "comportamientos anómalos por parte de la niña y problemas con los padres", de lo que se derivaba una convivencia imposible.
En abril de 2009, los padres requirieron ayuda a la delegación municipal de Familia y Servicios Sociales ante la difícil convivencia entre ellos y la menor, que se fugaba constantemente de casa. Ante esa solicitud, la niña empezó a recibir atención psicológica en un Centro de Atención a la Infancia (CAI).
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