El Gobierno insta a los hosteleros a ser los 'vigilantes' de la ley Antitabaco
"No vamos a hacer de policía de nuestros clientes", replica el sector
"A diferencia de la de 2005, la nueva ley Antitabaco se cumplirá". La directora de Drogodependencias, Celina Pereda, recalcó ayer en San Sebastián que todo aquel que incumpla la nueva normativa estatal, que prohibirá fumar a partir del 2 de enero en todos los espacios públicos cerrados, será sancionado. Para ello, los inspectores de Sanidad y los clientes, "que hasta ahora han estado soportando un ambiente perjudicial para su salud", de los espacios públicos cerrados en los que se fume ejercerán de denunciantes y los hosteleros, de vigilantes para el cumplimiento de la ley.
La presentación en la capital guipuzcoana de Mejor sin malos humos, una campaña del Ejecutivo para informar de la puesta en marcha de la nueva normativa, escenificó la división entre el Gobierno y unos hosteleros que opinan que su trabajo no es ejercer de policías y que, por ello, no se les puede sancionar si alguien fuma en su local. Kino Martínez, secretario general de la Asociación de Hosteleros de Guipúzcoa, remarcó que su única labor debería consistir en colocar en sus establecimientos las pegatinas indicativas de la prohibición y, como han recomendado desde la asociación, en retirar los ceniceros. "No vamos a hacer de policía de nuestros clientes, porque vivimos de ellos", enfatizó.
El Ejecutivo afirma que la norma, a diferencia de la de 2005, se cumplirá
Una campaña pretende concienciar a los ciudadanos
La nueva ley estatal -la vasca tardará aún al menos un mes- fija como infracción leve, con una sanción de hasta 3.000 euros, "permitir fumar", una expresión que los hosteleros consideran que no queda correctamente precisada y que puede depender de las apreciaciones de los denunciantes. Martínez incidió en que las multas no deberían recaer sobre los hosteleros. "Cuando alguien va por la autopista a 180 kilómetros por hora, no se sanciona a quien regula la carretera", subrayó.
El secretario general de los hosteleros guipuzcoanos se mostró favorable a "ganar espacio al humo", aunque abogó porque se indemnice a los locales que se adaptaron a la normativa de 2005 y pidió que las sanciones tengan en cuenta a los frontones, que "llevan cinco años incumpliendo y no pasa nada".
Los espacios públicos cerrados apuran sus últimos días con humo. Por ello, el Gobierno vasco se afana en explicar en qué consiste la nueva normativa. "No es una medida represora, sino una forma de mejorar la convivencia ciudadana", sostuvo Pereda. Pero la ley prevé sanciones. La consejera de Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, indicó hace unos días que éstas no llegarían hasta que se apruebe la normativa autonómica, en principio más restrictiva, pero Pereda aseguró ayer que las denuncias presentadas a lo largo de enero también recibirán sus corresponidentes multas. "Si hubiera la necesidad de sancionar antes de febrero, se hará", apostilló.
A lo largo del mes de enero, varios expertos evaluarán en los establecimientos el cumplimiento de la norma y su grado de aceptación. "Tenemos que comprobar que nos sabemos divertir sin humos", aseveró Pereda. La responsable de Drogodependencias reconoció que la ley de 2005 "no se vigiló", pero ello ha servido para trabajar en la nueva normativa. Y rechazó que la clientela de la hostelería vaya a menguar con la aplicación de la nueva ley: "No hay que pensar en elegir entre un sitio u otro. No hay competencia. No se puede en ninguno". La mecha de los espacios públicos cerrados se apagará, por tanto, en cuatro días.
De cualquier manera, el Gobierno vasco sabe que tiene que pelear por lograr una mayor comprensión y aceptación de la ley. No en vano, el 30% de los vascos son fumadores. Por ello, mediante la campaña Mejor sin malos humos tratará de concienciar a la ciudadanía sobre el cumplimiento de las nuevas disposiciones. El principal acto, De pintxos sin malos humos, se celebrará hoy en San Sebastián. Cinco actores disfrazados de pintxos conformarán la Dirdira Banda, que recorrerá seis bares de la Parte Vieja donostiarra (Txalupa, Casa Bartolo, Zeruko, Ganbara, Tamboril y Aralar) invitando a pequeños bocados a los clientes que no fumen.
En paralelo, se repartirán por distintas zonas de la ciudad folletos informativos y chapas. La campaña ha previsto la edición de pegatinas y carteles en la que se recuerda tanto la prohibición de fumar como la venta de tabaco a menores. Para la primera oleada se han impreso 18.000 carteles.
¿Qué hacer si se incumple la ley?
- Rellenar las hojas de reclamaciones de las que dispone cualquier establecimiento o en Euskadi.
- Las denuncias deben dirigirse a la Dirección de Drogodependencias de Asuntos Sociales y se pueden presentar en cinco lugares: en los registros de los órganos administrativos a los que se dirijan; en los registros de cualquier órgano de la Administración General del Estado, de cualquier Administración de una comunidad autónoma o de una entidad local; en las oficinas de Correos; en las Embajadas u oficinas consulares de España en el extranjero y en cualquier otro que establezcan las normas.
- Entre los requisitos de la denuncia, esta deberá expresar la identidad de la persona o personas que la presentan, el relato de los hechos que pudieran constituir infracción y la fecha de su comisión, y cuando sea posible, la identificación de los presuntos responsables.
- Las quejas se podrán formular en el teléfono 902 471 818, en horario de 10.00 a 20.00 todos los días de la semana, al menos durante los seis primeros meses desde la entrada en vigor de la ley.
- Igualmente se puede hacer llegar la queja a la Dirección de Drogodependencias a través del siguiente correo electrónico: tabakoa@ej-gv.es.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.