El PSE insta a llevar a las Diputaciones el cambio sin comprometerse a pactos
Pastor pretende que Vizcaya deje de ser "el último residuo del frentismo"
El PSE hizo ayer balance del año que se acaba con la mirada puesta ya en el entrante. Su objetivo se encuentra definido y pasa por extender el cambio tras las elecciones de mayo a las tres Diputaciones, gobernadas por el PNV, para "engancharlas al nuevo tiempo político abierto en Euskadi por el Gobierno de Patxi López". "Hace falta un cambio de rumbo para acabar con el frentismo en la política vasca", consideró el portavoz socialista, José Antonio Pastor, quien descartó, no obstante, una extensión "automática" a instituciones forales y Ayuntamientos del pacto que su partido mantiene con el PP en el Parlamento autonómico.
Durante una rueda de prensa en Bilbao, Pastor se limitó a señalar que el PSE afronta los comicios con "ánimo de ganar" y sin una política de pactos postelectorales predeterminada. Es probable, sostuvo, que el escenario de acuerdos resulte "bastante más variado" de lo que podría parecer por las declaraciones de algunos dirigentes nacionalistas, que "siguen empeñados en asustar a su electorado".
"No hay ningún compromiso" con el PP, enfatiza el portavoz socialista
El dirigente socialista recalcó que "no hay ningún compromiso" con el PP para extender el pacto a Diputaciones y consistorios. Reconoció que podrá haber acuerdos con los populares, pero tras dejar claro que su partido está abierto también a otras fuerzas, "incluido el PNV". "El Comité Nacional será el encargado de tomar las decisiones oportunas una vez conocidos los resultados" de los comicios, enfatizó.
El también candidato a diputado general por Vizcaya indicó que el cambio resulta "particularmente importante" en este territorio, para evitar que se convierta en "el último residuo del frentismo". Acusó al diputado general, José Luis Bilbao, quien será su rival en mayo, de distinguirse por sus "continuas salidas de tono" y "faltas de respeto" al lehendakari en los actos públicos, ejerciendo de contrapoder al Gobierno. "Mientras tanto, los problemas de los vizcaínos siguen sin ser atendidos", lamentó.
Pastor no eludió la polémica en torno al Guggenheim de Urdaibai y reprochó a Bilbao su pretensión de "colgarse medallas" al exigir al Ejecutivo autónomo proyectos "faraónicos e irrealizables". Una iniciativa "inconveniente" y "absurda", a su juicio, que el diputado general "ha tenido que aparcar, adelantándose" a la decisión del PNV de retirar en la Cámara su propuesta de instar al Gobierno central a la realización de un concurso internacional de proyectos para el futuro museo. "La realidad se ha impuesto frente a las ocurrencias de alguno", celebró.
En una intervención con claros tintes de precampaña, el líder de los socialistas vizcaínos recurrió al Guggenheim de Urdaibai como argumento de que se ha perdido "un año de discusiones estériles", ante lo que justificó que a Bilbao "se le va a recordar por impulsar proyectos imposibles con dinero ajeno, descuidando lo que tiene que hacer" en beneficio de los ciudadanos.
Más allá del escenario territorial, Pastor definió 2010 como un año duro para Euskadi, pero también "de avance", porque el Gobierno de Patxi López "está haciendo bien las cosas".
Repasó que a lo largo del ejercicio que expira se ha desbloqueado el desarrollo del Estatuto de Gernika y se ha profundizado en las políticas tanto económicas como sociales. "El último Sociómetro ha demostrado que los ciudadanos aprueban nuestra gestión en áreas como las infraestructuras, la sanidad, la cultura, la educación o la lucha contra el terrorismo", recordó, obviando citar aquellas en que el Ejecutivo suspende en el mismo sondeo, como vivienda, inmigración o política económica.
Pastor avanzó que las previsiones económicas del propio Gobierno son "esperanzadoras" para 2011: un crecimiento del 1,5%, un descenso de la tasa de paro hasta el 8,6% y la creación de más de 5.000 nuevos empleos.
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