Mas busca un golpe de efecto con el fichaje del socialista Mascarell

Cuando Artur Mas anunció, hace unas semanas, que pensaba incorporar a varios consejeros independientes a su Gobierno, nadie en Convergència i Unió (CiU) pensó que llegaría tan lejos como lo ha hecho. No solo se ha lanzado a incorporar tres consejeros sin adscripción política, sino que incluso se ha propuesto pescar directamente en caladeros socialistas, emulando al presidente francés Nicolas Sarkozy. El mandatario electo propuso el viernes a Ferran Mascarell, ex consejero de Cultura por el PSC con Pasqual Maragall y ex concejal del Ayuntamiento de Barcelona por el mismo partido, que sea su consejero de Cultura.

Mascarell se incorporaría a un Gobierno en cuyas áreas clave estarán nombres asociados al pujolismo, como Felip Puig, número dos de Convergència, que ocupará la poderosa cartera de Interior; el catedrático Andreu Mas-Colell, como titular de una macroconsejería de Economía, Universidades e Investigación, e Irene Rigau, que se hará cargo de Educación. Paralelamente, Mas incorpora a dos de sus colaboradores más cercanos, del círculo conocido como el pinyol: Francesc Homs, como secretario general de Presidencia, y Germà Gordó, como secretario del Gobierno. El alcalde de Sant Cugat, Lluís Recoder, se hará cargo de un nuevo departamento que asumirá parte de las competencias de Medio Ambiente.

El viernes, en una reunión en un céntrico hotel barcelonés, Mas ofreció el cargo a Mascarell e invirtió hora y media para persuadirle de que aceptara su oferta. Consiguó la promesa de una respuesta a lo largo del fin de semana, explicaron fuentes de la negociación. Las conversaciones entre ambos vienen de meses atrás, pero falta por ver si el socialista se atreverá a dar el paso definitivo.

Pese a ser un hombre del PSC con larga trayectoria, últimamente Mascarell se había ido distanciando de la dirección conforme se acercaba al ala más catalanista del partido. Miembro del Consistorio dirigido por Pasqual Maragall que encarnó el éxito de los Juegos Olímpicos de 1992, vio frustrada su aspiración de ser alcalde de Barcelona cuando su partido optó por Jordi Hereu para sustituir a Joan Clos. Consejero de Cultura en el último tramo del primer tripartito, vio cómo José Montilla le descartaba en 2006, cediendo a las exigencias de Esquerra Republicana por ocupar este departamento. Decepcionado, Mascarell renunció a su acta de diputado y se pasó a la empresa privada, concretamente a RBA Editores. En los últimos meses ha estado proponiéndose como alternativa a Hereu para las municipales del próximo mayo, e incluso forzar unas primarias, para desespero de la dirección del partido. Así se lo dijo el jueves a Montilla.

Además de Mascarell, Mas ha tanteado a otros independientes para Cultura, como Imma Tubella, rectora de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC), y Rosa Maria Malet, directora de la Fundación Miró. También apuntó el nombre del democristiano Fèlix Riera, director editorial del Grup 62. Los tres dijeron no. El viernes seguían pendientes de confirmación Antoni Abad y Heribert Pedrol para un nuevo departamento, de Empresa y Trabajo. Josep Lluís Cleries se ocupará de Bienestar y Familia. Boi Ruiz se perfilaba como titular de Sanidad. Unió se apunta un éxito. Joana Ortega, que en principio debía ocuparse de Bienestar y Familia, tendrá un área con mayor peso: Gobernación y Relaciones Institucionales.

Nada está oficialmente confirmado, pero Mas tomará posesión el lunes y su Gobierno comenzará a trabajar el miércoles.