Cortinas de humo
Ahora resulta que la Operación Galgo es una cortina de humo. Parece que Zapatero tiene de nuevo la suerte de contar con un comodín inesperado, en forma de un presunto delito contra la salud pública y tráfico de estupefacientes. Además, la presunta implicación de una atleta de élite le ha venido como llovida del cielo. Las declaraciones de González Pons son intolerables y van más allá de la decencia política. Culpa al Ministerio del Interior del momento de inicio de esta operación para tapar el tema de los controladores.
No salgo de mi asombro. Una vez más, un portavoz conservador acusa al Ministerio del Interior de hacer bien su trabajo, y asimismo arremete contra el Estado español por tomar unas medidas extraordinarias, en mi opinión, con buen criterio.
Es inconcebible que, en un Estado de derecho, la oposición desprestigie sistemáticamente a las Fuerzas de Seguridad del Estado para confundir al máximo a la opinión pública, amparados en su delirio de portadores de la verdad absoluta.
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