Urgell pide que el Consejo de la Cultura reciba un trato "leal"
Sus miembros tendrán un mes para realizar aportaciones
El Consejo Vasco de la Cultura celebró ayer su primera reunión de la legislatura en un ambiente precedido por las críticas de PNV a la forma en la que se ha nombrado a sus miembros y al fondo del Contrato Ciudadano por las Culturas, que el Gobierno impulsa como alternativa al Plan Vasco de la Cultura aprobado por el Ejecutivo de Ibarretxe.
La oposición peneuvista quedó amortiguada en la cita, a la que asistieron medio centenar de sus miembros, entre representantes del Gobierno y otras instituciones y parte de las 32 personas de distintos sectores de la vida cultural nombradas por la consejera, Blanca Urgell.
Los representantes de las instituciones controladas por el PNV no utilizaron sus intervenciones para hacer una critica a la totalidad del nuevo plan estratégico que Cultura somete a su estudio y la reunión concluyó con el anuncio de que en el plazo de un mes deberán presentar sus aportaciones al Contrato Ciudadano por las Culturas.
El Gobierno prevé que aprobará su plan en el primer trimestre de 2011
Urgell pidió que la actuación del consejo se trate con "lealtad y exigencia". "Es un organismo de participación para la cooperación", apuntó. "Solo sirve si aspira a sumar; para controlar a los diferentes Ejecutivos que aquí nos sentamos existen otras entidades en nuestro entramado institucional", resaltó.
La consejera agradeció la participación de los miembros del consejo en una responsabilidad que calificó como "un ejercicio de gobernanza" para guiar las "líneas fundamentales de la estrategia" que se deben seguir en la cultura vasca. "La reflexión entraña crítica, pero la crítica que aquí se pide es la que fuerza a otra realidad diferente y mejor, no la que se solaza en el placer de la simple negación de lo existente, en el rechazo o en el obstáculo", añadió.
La constitución del nuevo Consejo Vasco de la Cultura llega con retraso. Ayer celebró la primera reunión de la legislatura, cuando debe celebrar sus plenos dos veces al año. Su composición ha sido profundamente renovada, ya que, además de los cambios de los representantes del Gobierno tras la llegada de los socialistas a Ajuria Enea el año pasado, de los 32 miembros nombrados por la consejera sólo repite el académico de Euskaltzaindia Patxi Salaberri.
Varios asistentes consultados por este periódico coincidieron en que el cónclave transcurrió con agilidad y sin tensiones entre las personas que manifestaron diversidad de opiniones y plantearon críticas e interrogantes al documento presentado por el Gobierno. Para una miembro del consejo "lo político quedó difuminado en lo civil".
Por el lado institucional forman parte de la entidad la cúpula del Departamento de Cultura y representantes de otras cinco consejerías: Industria, Educación, Economía, Justicia y Presidencia. También forman parte del ente consultivo el director general de EITB, Alberto Surio, y representantes de los departamentos de Cultura de las tres Diputaciones y de las concejalías correspondientes de los Ayuntamientos de las tres capitales, entre otros.
La misión del nuevo órgano es dar luz verde al Contrato Ciudano por las Culturas antes de su aprobación por el Ejecutivo. El calendario presentado en la reunión de ayer establece que el documento que Cultura ha remitido a los consejeros -"abierto y vivo", apuntó Urgell- será sometido a estudio a lo largo de un mes, plazo en el que se recibirán las aportaciones al texto inicial.
El objetivo de la consejería pasa por revisar el documento y someterlo a debate y aprobación de un pleno del consejo. Las previsiones del departamento apuntan a que la nueva reunión plenaria se celebrará el próximo mes de febrero. El siguiente paso será la constitución de los grupos operativos, centrados en los distintos aspectos del plan estratégico. A los grupos de trabajo, explicó la consejera, le corresponderá la responsabilidad de poner el documento "en contacto con la realidad". Son, añadió "los que van a tocar lo verdadero, lo que se mueve y necesita cada sector o cada ámbito de nuestra cultura".
Cultura cree que el Contrato llegará al fin de proceso para su aprobación en Consejo de Gobierno en el primer trimestre del próximo año.
El "parque temático"
La consejera de Cultura, Blanca Urgell, respondió ayer a las críticas lanzadas por su antecesora en el cargo, Miren Azkarate, arremetiendo a su vez contra quienes han "vendido una homogeneidad" de la cultura vasca. Urgell advirtió en una entrevista en Radio Euskadi de que el objetivo del Gobierno es "mirar hacia fuera" y no crear "una especie de parque temático de la cultura vasca". "Tenemos que ser tanto vascos como mundiales, y eso se consigue abriendo las mentes y no cerrándolas", dijo.
La consejera tildó de absurdas las afirmaciones de Azkarate, quien ha acusado al Gobierno socialista de "querer minimizar la nación vasca para mirar a Madrid". Urgell censuró que el Plan Vasco de la Cultura del tripartito "tenía un prólogo muy ideologizado que hacía incómoda la participación a muchos ciudadanos, y en realidad la cultura debe ser de todos".
En su opinión, "no hay por qué hacer una separación de qué es lo es ser vasco y hacer cultura vasca, sino que hay dar concurso a todo el mundo". Urgell defendió que la cultura-isla supone un fracaso y definió así la cultura vasca: "Lo que producimos los vascos cuando hacermos cultura y tiene unos rasgos específicos que la hacen singular y especialmente valiosa".
Los ausentes
La primera reunión del Consejo Vasco de la Cultura nombrado por el Gobierno de Patxi López no contó con la presencia de destacados representantes de entre los recién nombrados por la consejería. No asistieron a la cita ni el presidente de la Academia del Cine, el director Álex de la lglesia; ni el director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, ni la bailarina Lucía Lacarra, solista del Ballet de la Ópera de Munich y Premio Nacional de Danza 2005. Tampoco estuvieron presentes el locutor radiofónico Joseba Martín; el secretario general del Participación Ciudadana del Gobierno, Andoni Unzalu, ni el representante de Eudel, el alcalde de Getxo, el peneuvista Imanol Landa. La Diputación de Guipúzcoa todavía no ha nombrado a su representante.
Chillida-Leku, a la espera
El Gobierno vasco continúa a la espera de que la familia del escultor Eduardo Chillida se pronuncie sobre las propuestas que le ha remitido para evitar el cierre del museo Chillida-Leku, según manifestó ayer la consejera de Cultura, Blanca Urgell, en Radio Euskadi. Chillida-Leku, abierto al público hace 10 años en una finca de Hernani, colindante con San Sebastián, cerrará sus puertas el próximo 1 de enero al no poder afrontar las pérdidas económicas generadas por su explotación.
La consejera apuntó que el Ejecutivo lleva "bastante tiempo trabajando codo con codo" con la familia Chillida para encontrar "una solución al problema que ellos plantean". Chillida-Leku registra unas pérdidas de unos 500.000 euros anuales, según diversas fuentes.
Urgell explicó que la familia del fallecido escultor tiene en sus manos las propuestas del departamento para evitar el cierre. "Creo que es una negociación muy importante y muy sensible para todos y, por tanto, pienso que nos compete ser discretos en los términos de la negociación", defendió.
La consejera mostró su satisfacción ante los datos que muestran que el número de visitantes de Chillida-Leku se ha disparado tras hacerse público su próximo cierre. "Me alegro mucho de que la gente se anime, por un motivo o por otro, a ver ese magnífico lugar", concluyó.
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