La revuelta de los ciberactivistas en favor de Wikileaks cobra vigor
Julian Assange dice desde la prisión en Londres que su portal no ha organizado los ciberataques - El colectivo Anonymous se pone al frente de la batalla en la Red
La revuelta ciberactivista empieza a trascender el caso Assange. Un movimiento silencioso recorre la Red y ataca a grandes iconos como Visa, MasterCard y Amazon, la tienda online más importante del mundo, y convoca manifestaciones que se producirán en los próximos días. La movilización internauta ofrece el aspecto de una revuelta largamente incubada que explota gracias a un episodio clave: la detención del fundador de Wikileaks.
La abogada Jennifer Robinson regresa de visitar a su cliente, Julian Assange, en la prisión de Wandsworth. Son las 16.50 de ayer jueves. Ha estado una hora con él y dice que le ha visto en "muy buena forma". Desde el coche en el que regresa al centro de Londres, atiende a EL PAÍS en conversación telefónica. "Julian está muy bien, pero sigue frustrado por su detención", declara.
Los 'hackers' crean herramientas para multiplicar los ataques en la Red
"Es una guerra de la información", dice Coldblood, de Anonymous
Cuenta que el fundador de Wikileaks está en un ala especial de la prisión de Wandsworth. Que tiene un acceso muy limitado a las comunicaciones con el exterior, no tiene ordenador, ni conexión a Internet, ni material para poder escribir. "Él no ha orquestado ni ordenado esos ataques", afirma Robinson, "sugerir lo contrario sería confundir a Wikileaks, que es una editora y un medio de comunicación, con una organización hacker. Le hubiera gustado poder aclarar esta acusación maliciosa por su cuenta pero, obviamente, no puede hacerlo desde prisión, así que lo hace a través de mí". Mientras Assange ve pasar las horas entre barrotes, enfundado en un chándal de color gris, se multiplica el ejército de ciberactivistas que apoyan su causa.
Los ciberactivistas han apostado fuerte. Atacan a gigantescas empresas que han intentado ahogar a Wikileaks por todos los medios. Visa, MasterCard, PayPal, Amazon. Cuatro iconos del mercado. Ayer el ataque se concentraba en intentar tumbar la página de Amazon, la tienda online más importante del mundo. Anoche la página seguía funcionando.
El colectivo Anonymous sin duda se ha puesto al frente de la ciberbatalla. Pero le salen aliados por todas partes. Entre ellos, un joven valenciano de 18 años al que se le ocurrió dedicar la madrugada del miércoles a montar una página web de apoyo a Assange, convocando manifestaciones en varias ciudades españolas para el sábado. "El ciberactivismo está muy bien, pero lo que queremos es saber más. Si hay terrorismo de Estado, queremos saberlo", dice Isacar Marín, el impulsor de esta página en conversación telefónica. "O ejerces la presión o la van a ejercer sobre ti", manifiesta. "No somos ni de izquierdas ni de derechas, este es un movimiento sin ideología, todos creemos en la libertad de las personas". Marín es estudiante de 2º de bachiller de Artes y cuenta que ha montado la página junto con dos amigos, "uno de Izquierda Unida y uno del PP", señala. Relata que en apenas 12 horas ya han recibido 10.000 visitas. Y que además de Madrid, Barcelona y Valencia, ya hay manifestación convocada también en Buenos Aires.
Las palabras de Marín expresan el estado de ánimo que se cuece en la Red. En Reino Unido, donde los estudiantes han salido a gritar a la calle contra la política educativa del Gobierno de coalición conservador-liberal demócrata, están saliendo bastantes portavoces de la causa ciberactivista y todavía es difícil saber quién se quiere apuntar un tanto a río revuelto y quién pone voz al movimiento. Porque lo cierto es que todo apunta a que se trata de un movimiento espontáneo que está naciendo y que está llamado a crecer en los próximos días. Coldblood (sangre fría), un usuario de Twitter, habla en una entrevista con el periódico The Guardian de los ataques a las grandes empresas.
Coldblood se presenta como el portavoz de un movimiento espontáneo que no tiene un portavoz oficial. Anonymous no es un grupo de hackers, sino una conciencia viva online. Un movimiento, como su propio nombre indica, anónimo; de gente que, tal vez sin saberlo, comparte un ideario. El grupo se ha comunicado por la vía de la web 4chan, embrión de esta revuelta galopante. Coldblood habla con acento inglés, dice tener 22 años y ser informático.
"Esto se está convirtiendo en una guerra, pero no es una batalla convencional", declaró Coldblood en otra entrevista a la BBC: "Es una guerra de información. Estamos intentando que Internet se mantenga como un lugar libre y abierto, como siempre ha sido. El problema es que en los últimos meses y años hemos visto cómo los Gobiernos están tratando de cortar nuestra libertad en Internet". Coldblood ha indicado que cada vez más gente se descarga una herramienta de la Red que permite a un usuario convertirse en un "hacker espontáneo" y le permite atacar portales de Internet.
Más información en páginas 38 y 39
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