Un juez ordena el desalojo de un centro social 'okupa' de A Coruña
Una inmobiliaria reclama el local, dedicado a actividades culturales desde 2008
Un aviso de desalojo urgente, dictado por un juzgado, se cierne sobre la Casa das Atochas, el activo "laboratorio social okupado" que desde el corazón del barrio coruñés de Monte Alto lleva dos años y medio de actos de ocio y cultura "de todos para todos" con una intensa y variada programación asentada en la agenda de la ciudad. El cierre puede llegar en cualquier momento, desde ayer, fecha límite marcada por una providencia judicial para desocupar un bajo cuya propiedad reivindica la inmobiliaria Juan Pérez Paz.
De momento, todo está en compás de espera. A Cultura Preokupa, el movimiento asambleario sin portavoz, sentidad jurídica ni jerarquías que abrió el local en marzo de 2008, espera "la mudanza" dando la batalla: ha recurrido el requerimiento judicial de desalojo que ve desorbitado por ser un proceso penal "y no civil". Y se ha organizado la resistencia con actos, como la jornada de "puertas abiertas" convocada para el sábado con marionetas para los pequeños, gran comida y manifestación. "Seguimos atendiendo propuestas de actividades, ya tenemos programadas y ganas de hacerlas", afirma el colectivo.
"Es una casa usada para expresarse y pensar, donde todos somos iguales"
El dueño no puede dar un uso al bajo mientras se tramita el plan urbanístico
Integrado por personas de todas las edades, profesiones y procedencias, tomaron un bajo abandonado y en estado ruinoso para ofrecer, en régimen de autogestión "de todos", alternativas gratuitas de ocio y cultura libres de cualquier presión económica o política: "Es una casa usada para expresarse, organizarse y pensar en común en la que todos somos iguales".
En su recurso ante el juzgado, los miembros de este movimiento destacan el trabajo desarrollado para limpiar, reparar y mantener desde hace dos años y medio ese local que llevaba mucho tiempo vacío y "sin dueño conocido". En el vecindario, nunca hubo problemas con las numerosas actividades abiertas a cualquiera que organizan en la Casa das Atochas. Todo el mundo puede participar en las comidas "impopulares" que se organizan cada semana, las conferencias, mercadillos de trueque y conciertos que se suceden, los talleres para aprender todo tipo de actividades lúdicas o sociales. Todo es siempre gratuito y sólo depende de la colaboración colectiva. Las únicas normas de obligatorio cumplimiento son las de no molestar, integrar y respetar las reglas de urbanidad.
La Casa das Atochas nació también como una llamada de atención contra la especulación y la falta de acceso a la vivienda en un barrio especialmente castigado por el acoso inmobiliario y la construcción desordenada de pisos que se venden a precios ahora prohibitivos. El colectivo que lucha por mantener abierto este centro social y cultural destaca que el bajo no tenía uso cuando lo ocuparon. "Y no se le puede dar tampoco ahora ninguno porque la concesión de licencias está parada" mientras se tramita el nuevo plan de ordenación urbanística de A Coruña, esgrimen los integrantes del movimiento.
La inmobiliaria que pretende desalojar la casa okupada actúa "sólo con finalidad especulativa", afirma el colectivo, ya que el bajo forma parte de una manzana de viviendas, muchas ya tapiadas y vacías, que fue adquiriendo esta promotora para demoler y construir.
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