Si quiere un buen libro, hágalo usted
Miembros de la Asociación de Amigos de Metro editan la obra a todo color de los 90 años de historia del suburbano que echaban en falta en las librerías
Empezó como una pasión infantil. Juan Carlos Zamorano apenas levantaba unos palmos del suelo cuando iba por las papeleras del metro rescatando billetes en los setenta. Consiguió completar la colección: los viejos tiques con los nombres de las estaciones impresos. Jaime Touzón recuerda con nitidez los trolebuses que veía pasar con dos añitos. Pedro Muñoz dibujaba de memoria la red de metro en un papel en blanco en lugar de atender en clase. Y Eduardo Gallego buscaba respuestas en los libros: "¿Cómo se construye un túnel para que no se hunda?". Los cuatro, sin excepción, han cogido un plano de metro alguna vez para dibujar ampliaciones inventadas. Y todos recuerdan el olor a creosota, el aceite que impregnaba las vigas de madera y que aún se nota en algunos túneles.
La publicación reproduce fotos inéditas y objetos de sus autores
Años después, todos llegaron al mismo sitio: la asociación Andén 1, un club de amigos de Metro de Madrid constituido en 2006. Lugar perfecto para compartir recortes, fotografías, planos, proyectos, dudas. Para hablar de esa pasión que ocupaba sus tardes de juego y llena sus cajas de recuerdos. Una tarde, en febrero de 2009, se citaron siete miembros de Andén 1. Y discutieron de nuevo una de las quejas recurrentes: "No hay manera de encontrar un buen libro sobre el metro de Madrid". Los hay en Londres, en Nueva York. En Berlín se venden como souvenir. Pero en Madrid no. Todos son volúmenes técnicos, o de circulación reducida para especialistas, explican. "¿Y si lo hacemos nosotros?", se preguntaron. De aquella idea surgió 90 años de Metro en Madrid, de la editorial La Librería, a la venta por 19,95 euros.
Los siete establecieron una cita fija para escribir los miércoles y los domingos. El trabajo fue divertido, pero no fácil. "Imagínate consensuar en año y medio las ideas de siete personas diferentes para un libro, cada uno quería personalizarlo a su manera", recuerda Pedro.
El resultado es como una obra de ingeniería: cada imagen, cada gráfico, cada ilustración está medida al milímetro. El libro está dividido por lustros desde 1914 -cuando empezó a planearse la obra- hasta el 17 de octubre de 2009, día del 90º aniversario de la red. Las páginas incluyen objetos de las colecciones de sus autores, como los billetes rescatados de la papelera por Juan Carlos, e incluye detalles inéditos, como las fotografías que custodiaba en su archivo el banco BBVA, entidad financiadora del metro en sus inicios. Un plano hecho a mano con todas las estaciones y sus fechas de inauguración ocupa las dos últimas páginas.
Los autores mantienen la reunión de los miércoles. Quedan en la misma cafetería en la que proyectaron su criatura. La dedicatoria final es, entre otros, para las camareras del local, por "su amabilidad y paciencia". Allí hablan de trenes y de su libro, al que le admiten un defecto: "Le falta el olor del metro".
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