Arranca la temporada de aglomeraciones
Pese a las cancelaciones, el puente llenó ayer de visitantes el centro de Madrid
Acodado frente a la barra de uno de los bares de la Plaza Mayor y con un bocata de calamares en la mano, Antonio, que no quiere decir el apellido pero cuenta que tiene 25 años, no parece muy preocupado por el conflicto de los controladores ni cómo ha afectado al turismo madrileño. Él se vino en coche desde Asturias con dos amigos más el viernes por la tarde y se queda en la capital hasta el miércoles. "No sé si se habrá quedado gente sin venir, pero yo lo veo todo lleno", cuenta. Sus amigos asienten. Espontáneamente le cuentan al periodista su opinión sobre los controladores, pero mejor no reseñarla para no enconar el conflicto.
Cualquiera que se diera ayer un paseo por el centro de la ciudad podía comprobar que gente, desde luego, no faltaba. Y es que es muy difícil que una ciudad como Madrid, con más de tres millones de habitantes y con los visitantes que recibe, por tierra o por aire, acuse la falta de personal en pleno puente de la Constitución y con las Navidades a la vuelta de la esquina.
Así que un paseo por los lugares más turísticos era sinónimo de aglomeraciones y algún que otro empujón en las aceras estrechas. Y fotos, miles de fotos de los turistas. La Cibeles era uno de los monumentos más fotografiados. Unos cientos de metros más allá la cola ante el museo de El Prado llegaba casi al hotel Ritz. Cruzando el paseo del Prado, carrera de San Jerónimo arriba, decenas de paraguas de colores (a veces llovía, a veces salía el sol) se concentraba frente al Congreso de los Diputados para aquello de la foto.
Era fácil distinguir a los turistas. Un plano en una mano, un dedo de la otra buscando el lugar de destino y una discusión con la pareja (o los hijos) para elegir la mejor ruta. Fernando y Yolanda no discutían, pero sí llevaban el plano. Llegaron el sábado de Valencia en el AVE. Han cogido un hotel cerca de Atocha ("todo lleno, faltan mesas a la hora del desayuno") y coinciden: "Hay muchísima gente".
En cinco hoteles elegidos al azar por la zona centro aseguraban que la mayoría de las cancelaciones provocadas por la huelga de los controladores se habían compensado con la gente que no pudo volar el viernes ni el sábado. Y que la ocupación ha alcanzado el 100% en el puente. En uno de los puestos de información turística también aseguraban que no se ha notado un bajón de turistas.
En Callao un mar de cabezas fluía hacia Preciados. Había que armarse de valor para meterse en la corriente y caminar hacia Sol. Un poco más arriba, en la Gran Vía, una cola eterna custodiaba la administración de Doña Manolita. ¿Menos gente en Madrid este puente? Quién lo diría.
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