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El impacto de la huelga

El Prat despega

El aeropuerto sufre aún los efectos de la huelga, pero va recobrando la normalidad

El Prat pasó ayer la resaca de la huelga de controladores, que paralizó el país y truncó los planes de cientos de miles de ciudadanos. Como ocurre con las grandes borracheras, el aeropuerto de Barcelona necesitó todo el día para reponerse. Le costó arrancar, sobre todo, a primera hora. El espacio aéreo se había abierto ya la tarde del sábado. Pero la decisión de algunas compañías -Iberia, Spanair, KLM, Air France, Vueling, Easyjet y Ryanair- de cancelar todos sus vuelos hasta las seis de ayer hizo que a las ocho de la mañana fueran más los vuelos cancelados (23) que los operados (22).

El bloqueo del espacio aéreo español durante 24 horas hizo, además, que decenas de aviones y tripulaciones quedaran varados en aeropuertos extranjeros. Esta circunstancia también causó diversas cancelaciones, ya que ni los aparatos ni el personal pudieron llegar a tiempo a Barcelona. Para paliar, en la medida de lo posible, los efectos de la huelga, El Prat operó ayer 44 vuelos más de los previstos inicialmente, hasta un total de 713.

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El grueso de pasajeros fueron los que tenían billete para volar ayer. A esos se sumaron los que, ya el viernes por la tarde y ante el caos general, fueron recolocados para ayer. Eso hizo que muchos vuelos que partieron por la mañana alcanzaran la plena ocupación. Por la terminal 1 de El Prat también aparecieron ayer los viajeros que perdieron su vuelo el sábado y esperaban ser recolocados o que les devolvieran el importe del billete.

Superados los trances de la mañana, la cifra de cancelaciones ya no se movió en todo el día, mientras que el número de aviones que despegaban y aterrizaban en El Prat crecía a buen ritmo. El bloqueo del espacio aéreo causado por los controladores obligó a las compañías a buscar soluciones a toda prisa para recolocar a los viajeros. Muchos otros, los que tenían previsto viajar el viernes, pero cambiaron el billete para ayer, pudieron volar sin problemas. Los paneles de información de salidas, de hecho, apenas registraban retrasos.

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"¡Por fin, al tercer día vamos a volar!" exclamaba María Ángeles Aresce. Ella y su familia debían salir a Granada el viernes a las 19.00 horas. Pero la huelga encubierta no perdonó. Son afortunados: tienen suficientes días de vacaciones y, además, no pierden ni un euro del hotel porque van a casa de un familiar. "¡Eso sí, nos hemos quedado sin entradas para la Alhambra!", explicó la mujer, mientras avanzaba, emocionada, en la cola de facturación de Vueling.

La normalidad se apoderó de El Prat a medida que el día, encapotado, avanzaba. De no ser por los efectos de la huelga, de hecho, pareció un domingo más. Un domingo, eso sí, en medio de un puente, con 668 vuelos programados que se fueron cumpliendo. Patricia Ramos y José Ángel Cabello se habían preparado para lo peor. "Ya estábamos más pendientes de cómo gestionar las reclamaciones que del viaje en sí", explicó esta pareja mientras arrastraba cuatro maletas para facturar. Estaba previsto que su vuelo a Nueva York saliera puntual, antes de mediodía. "Es un viaje muy caro y ahorras durante todo el año para hacerlo. Y yo ya estaba en lo peor", dijo Patricia, que pasó la tarde del sábado pendiente de las noticias y llorando a ratos.

Los problemas particulares de decenas de pasajeros, sin embargo, no desaparecieron por arte de magia. En las ventanillas de las aerolíneas aún se vieron colas (nada que ver con las del sábado) para reclamar cantidades o cambios de billetes.En una de esas filas de "lista de espera" de Spanair aguardaban ayer José Ramon y Ana. Estos dos jóvenes gallegos han pasado un mes entero en Kenia "absolutamente alejados de la realidad de España" y, a su vuelta, han topado con el caos aéreo. La pareja gallega tenía previsto volar ayer de París a Barcelona y, de aquí, poner rumbo a su A Coruña natal. Pero el bloqueo del espacio aéreo lo hizo imposible.

Air France les facilitó un billete de avión de París a Toulouse y, de esa ciudad francesa, les pagó otro billete de autobús para llegar a El Prat. Debían salir hacia Galicia ayer a las 11.30 horas, pero el vuelo se canceló. Ayer esperaban otro vuelo, para a las 19.00 horas. Pero iba lleno, así que tendrían que esperar un asiento libre. "Ahora nos tenemos que gastar una pasta para dormir en Barcelona. Que una gente que gana 50 kilos al año haga esto me parece una vergüenza", sentencia José Ramón.

José Ramon y Ana están de vuelta de sus vacaciones. Muchos otros, sin embargo, han cancelado sus planes. Como Núria, que tenía previsto pasar unos días en Estocolmo con su marido y sus hijos. No irán. "Me dan billete para el martes, pero ya no me sale a cuenta. Nos han dejado sin puente con todos los problemas que ello conlleva, teniendo en cuenta la complejidad que supone viajar con niños".

La desgracia de unos fue la felicidad de otros. Los servicios de taxis a destinos internacionales experimentaron un crecimiento "sustancial" durante la huelga, según la Federación de Taxis de Cataluña. Los destinos más demandados han sido París, Ámsterdam, Francfort y Zúrich, aunque también ha habido a ciudades españolas.

Han elaborado esta información Jesús García, Àngels Piñol y Sebastián Tobarra.

Un grupo de pasajeros hacen cola, ayer, para facturar sus maletas en la T-1 del aeropuerto de El Prat.
Un grupo de pasajeros hacen cola, ayer, para facturar sus maletas en la T-1 del aeropuerto de El Prat.CONSUELO BAUTISTA

El Prat recobra el pulso tras el caos

- El aeropuerto sufrió 24 cancelaciones, todas a primera hora de la mañana.

- El Prat preveía operar ayer 713 vuelos, 44 más de los previstos antes del paro para mitigar los efectos de la huelga.

- AENA estima que durante todo el puente las compañías ofertarán 104.762 plazas.

- La inmensa mayoría de controladores acudió ayer a su puesto de trabajo.

- La terminal T-1 apenas registró cinco retrasos durante la jornada de ayer. El mayor, uno de Delta Airlines que salió 10 horas tarde.

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