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Joan Llinares renuncia a su cargo en el Palau tras las elecciones del Orfeó

El director general dice haber cumplido ya la misión para la que fue contratado

Cuando el 29 de julio de 2009 Joan Llinares (Alzira, Valencia, 1953) fue nombrado director general del Palau de la Música por las Administraciones públicas -Generalitat, Ministerio de Cultura y Ayuntamiento de Barcelona-, dejó claro que estaría en el cargo temporalmente. Ayer, una semana después de que los socios del Orfeó Català, entidad propietaria del auditorio modernista, eligiera nueva junta de gobierno, Llinares hizo pública su renuncia. La presentó anteanoche en la primera reunión de la junta salida de las urnas el pasado 24 de noviembre y tras la victoria, el pasado domingo, de CiU en las elecciones catalanas. Su sustituto, informó Mariona Carulla, presidenta del Orfeó, se dará a conocer antes de Navidad.

El nuevo director general se nombrará antes de Navidad, según Carulla

Han sido 15 intensos meses escudriñando el Palau en busca de pruebas del desfalco consumado durante años por el que fue su presidente, Fèlix Millet, y su mano derecha, Jordi Montull. Pruebas que arrojan un presunto fraude de 35 millones de euros, así como la existencia del cobro de supuestas comisiones ilegales a través del Palau por parte de cargos de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y un frustrado proyecto de hotel de lujo impulsado, con tráfico de influencias, por Millet y aprobado por el Ayuntamiento de Barcelona.

"El trabajo para el que me contrataron está terminado. El caso se halla en manos de la justica. Pienso que ya lo sabemos todo y los asuntos pendientes están más relacionados con una buena gestión de la institución", dijo ayer Llinares. Asimismo relató la recuperación de 8,4 millones de euros del desfalco y de 1,6 millones que se han reclamado de las cuentas abiertas por Millet y Montull en Suiza. Y exhortó a la nueva junta del Orfeó a recuperar la otra parte del dinero defraudado "antes de que los bienes de Millet y Montull se conviertan en humo", dijo.

La intrincada trama del desfalco, su magnitud, la presunta implicación de un partido político y la evidenciada falta de controles de la gestión de Millet por parte de las Administraciones que subvencionan desde 1982 el Palau han agotado a Joan Llinares, quien ya el verano pasado no ocultaba su fatiga física y moral. Incluso Carulla, quien ha trabajado a su lado durante 14 meses como presidenta interina, tras sustituir a Millet después de la intervención, por orden judicial, de los Mossos d'Esquadra en el Palau de la Música, veía hace unas semanas, durante la campaña para las elecciones del Orfeó, difícil poder convencerlo para que se quedara si ella ganaba las elecciones.

El encontronazo que tuvo hace dos semanas con el presidente interino de la institución, Josep Maria Busquets, por el escrito que este envió al juez del caso Palau en nombre del Orfeó y su fundación, en el que se oponía a la apertura de una nueva causa para investigar el presunto cobro de comisiones ilegales por parte de cargos de CDC, no ha influido en su decisión de renunciar, aseguró ayer Llinares. Sin embargo, ha sumado y no parece casual que haga pública su renuncia justo una semana después de la elección de nueva junta del Orfeó y cinco días después de la victoria de CiU en las elecciones catalanas.

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Llinares explicó que ahora se tomará unos meses de descanso, los que tenía previsto tomarse cuando las Administraciones lo llamaron con urgencia para que se hiciera cargo de la gestión de Palau días después de haber renunciado a la gerencia del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), que había administrado desde 2001. El delegado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí, le agradeció ayer el "papel central en la investigación para esclarecer el robo del Palau".

CARLES RIBAS

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