A Zúrich vamos a por todas

Mañana, en Zúrich, nos enfrentamos, una vez más, a un reto de primer orden para el deporte español, especialmente para el fútbol. Un reto, también, para el deporte y el fútbol portugués, porque ambos países compartimos la denominada candidatura ibérica para acoger la celebración de la Copa Mundial de Fútbol 2018. Se trata, sin duda, de un reto histórico en el que uno y otro país aportan argumentos de una solidez y una solvencia incuestionables. Como viene ocurriendo en los últimos años con nuestro deporte, no me duelen prendas en afirmar que vamos a por todas. Vamos a por todas porque España aporta algo de lo que muy pocos países pueden enorgullecerse: haber ganado, consecutivamente y dando ejemplo de juego limpio y sana competitividad, la Eurocopa de 2008 y el Mundial de Sudáfrica de 2010.

Con Portugal tenemos una candidatura impecable en todos los planos: deportivo, organizativo y turístico

Vamos a por todas porque Portugal y España cuentan con una afición masiva que ha demostrado a lo largo de su historia un alto concepto de la deportividad y del civismo y una actitud tolerante y comprensiva que no está reñida en absoluto con la pasión. Eso, que tiene una importancia fundamental en todos los deportes, se acrecienta cuando se trata del fútbol, un auténtico deporte espectáculo que requiere, para su óptimo desenvolvimiento, un seguimiento masivo de los aficionados.

Vamos a por todas porque en España la práctica del fútbol está profundamente arraigada entre nuestros jóvenes: no olvidemos que cada domingo se celebran, en toda la geografía española, cerca de 25.000 partidos de todas las categorías. A Zúrich vamos a por todas porque contamos con una infraestructura de comunicaciones, de red viaria y ferroviaria, que alcanza la cota de excelencia, con una red de Alta Velocidad en continua expansión y que, con toda probabilidad, unirá Madrid y Lisboa antes de 2018. Vamos a por todas porque nuestra red de estadios se sitúa en primera línea en cuanto a calidad de sus prestaciones y sus instalaciones complementarias. En deporte, la marca España está siendo garantía de éxito y nada tiene que envidiar a la mejor y más eficiente multinacional.

En Zúrich concluye un proceso caracterizado por la conjunción de esfuerzos, de ilusiones, de sueños. Un proceso donde el liderazgo de la Real Federación Española de Fútbol y de su presidente se ha visto acompañado de la colaboración de todos los agentes que intervienen en el ámbito deportivo. El Gobierno de España ha hecho todo cuanto la candidatura le ha pedido y lo ha hecho con convencimiento y poniendo en ello toda la carga de rigor y de ilusión que el proyecto merece.

La organización de la Copa del Mundo significaría para España culminar con un auténtico broche de oro la etapa en la que nuestra selección de fútbol ha obtenido de manera continuada los mejores resultados de su historia. 2010 quedará grabado en la memoria colectiva como el año de oro de la edad de oro de nuestro deporte. Si en Zúrich la candidatura ibérica logra la designación culminaremos esta etapa histórica con la mayor brillantez que quepa imaginar.

A Zúrich vamos a por todas. Hemos logrado, junto a Portugal, construir y ofrecer una candidatura impecable en todos los planos: deportivo, organizativo, cultural y turístico. El fútbol y el deporte español lo merecen. Vamos a por todas llenos de ilusión y de convicción en la bondad de nuestra propuesta. Tras ella, y con la Federación, está toda la gran familia del fútbol, con los jugadores a la cabeza, y toda la gran familia del deporte español.

Jaime Lissavetzky es Secretario de Estado para el Deporte.