Amplio abanico de fugas en el voto de los socialistas
Paro y trasvase de sufragios a CiU, claves en la derrota
Por todos los frentes y en todas las circunscripciones. La sangría de votos del Partit dels Socialistes asciende a más de 225.812 papeletas en las elecciones al Parlamento del domingo pasado. En porcentaje, un 8,5% menos en el global de Cataluña. No es una pérdida puntual, porque en las autonómicas de 2006 ya perdió casi 250.000. En total, los socialistas catalanes han dejado de tener la confianza de casi medio millón de personas en los últimos ocho años. De la misma forma que no hay una sola causa en la derrota socialista, tampoco hay un único agujero en la múltiple fuga de votos que registra.
1º. La sangría de Barcelona.
La capital catalana, sociológicamente considerada de izquierdas, ha dejado de serlo tras las elecciones del domingo. Convergència i Unió aventaja en 130.000 votos al PSC. La coalición nacionalista ha barrido en toda la ciudad menos en el distrito de Nou Barris, ubicado de un extremo y de tradición obrera. Con igual idiosincrasia, se han perdido otros cuatro distritos rojos. En todos ellos la caída de los socialistas ha sido proporcional al ascenso de CiU, de entre cinco y ocho puntos.
Las reformas del Gobierno central han llevado el voto más a la izquierda
2º. Trasvase de voto a CiU.
El mensaje de poca seriedad, de desbarajuste insostenible en un Gobierno tripartito, del PSC con sus socios de Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya, lanzado sin cesar por los convergentes, ha calado en todo el territorio. De las 41 comarcas catalanas, en 2006 solo tres permanecían en manos socialistas y las tres son del área de Barcelona. Las tres han caído.
3º. El látigo del paro se traduce en abstención.
Las grandes bolsas de votantes socialistas que se han quedado sin trabajo, sobre todo en las grandes poblaciones del cinturón rojo de Barcelona, han golpeado también los resultados del PSC, pese a los incesantes llamamientos del propio candidato José Montilla al voto de "parados y precarios".
4º. Más a la izquierda.
Algunos de esos parados ya manifestaron en los mítines socialistas su intención de votar más a la izquierda, a Iniciativa per Catalunya, en señal de protesta por las reformas del Gobierno español, que consideran una traición a los trabajadores.
5º. Voto en blanco.
Las papeletas en blanco crecen. Sumaron 92.000 el domingo, casi el 3%. Se atribuyen a electores de izquierdas que, descontentos con la gestión del tripartito, cumplen con la democracia y votan, pero expresan que nadie merece su confianza.
6º. Al PP por las concesiones nacionalistas a ERC.
También hay votantes socialistas de talante opuesto al ala catalanista que han castigado votando al PP decisiones que consideran concesiones a los nacionalistas de ERC.
7º. El voto escorado a la xenofobia.
También por parte de electores golpeados por la crisis que ven a los inmigrantes enemigos que les quitan el trabajo.
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