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Los parias de la UE

Los vecinos de El Gallinero son rumanos, gitanos y, desde 2007, ciudadanos europeos. Pero su vida nómada y marginal no ha cambiado. En Rumanía, el segundo país más pobre de la UE, tienen pocas opciones de salir del fango, así que emigran; pero fuera, en los países que los reciben, no encuentran un paraíso. Sin ir más lejos, Francia deportó en agosto cientos de gitanos rumanos.

En Madrid se concentran en focos chabolistas. El principal es El Gallinero. En este lugar son 600. Los adultos, analfabetos, aislados en su gueto de chabolas y marcados por una tradición étnica de supervivencia marginal, no tienen acceso al mercado laboral. La Administración (Comunidad y Ayuntamiento de Madrid) nunca ha aplicado un programa socioeconómico específico para tratar de integrarlos.

El Instituto de Realojamiento e Integración Social (Gobierno regional) les presta "atención básica", según define un portavoz. Tratan de que todos tengan documentación y tarjeta sanitaria. De los niños se ocupa la Consejería de Educación, que escolariza a 123 chiquillos del poblado. El lugar es un gran basurero. El Ayuntamiento no recoge desperdicios allí.

La otra pata en la que se apoyan son los voluntarios de las parroquias vecinas. Siempre están allí, para ayudarles en cosas formales o domésticas y denunciar lo que consideran una situación de abandono público.

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