Los funcionarios de prisiones marchan por sus salarios y contra la masificación
Interior niega la escasez de plazas nuevas y asegura que este año se ofertaron 267
Una charanga, un tipo disfrazado de preso con su traje a rayas y una gran pancarta con el lema ¡Basta ya! Tenemos derechos. Detrás, varios miles de funcionarios de prisiones -5.000, según los cálculos siempre optimistas de los organizadores- que protestaban por la masificación del sistema penitenciario español (que, sin embargo, en octubre, se redujo a 64.628 presos), la escasez de personal de vigilancia y el populismo punitivo, que lleva al endurecimiento del Código Penal y a que la población reclusa pase cada vez más tiempo en prisión. Pero también, en plena crisis, por razones estrictamente salariales -dicen que al recorte del 5% se les ha sumado este mes que no han cobrado la productividad- u organizativas, como la instalación de un sistema electrónico para asegurarse de que hacen sus rondas.
Los antidisturbios cargaron contra algunos de los manifestantes
La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente de Interior, reconoce que, debido a la difícil situación económica actual, los funcionarios han dejado de cobrar este mes 207 euros, pero confían en poder abonarlos más adelante. También admiten que las plazas sacadas a concurso se han reducido respecto al año pasado por esa misma razón, aunque los 267 nuevos puestos ofertados, dicen, suponen cerca del 50% de toda la oferta de empleo público. Lo que sí rechazan drásticamente es que exista escasez de personal -los funcionarios mantienen que, en ocasiones, uno de ellos controla hasta 80 reclusos- y recuerdan que, comparando la población reclusa y la plantilla, el ratio es de un funcionario por cada 2,5 reclusos.
La marcha, convocada por los sindicatos Acaip, CSI-CSIF, CC OO, UGT y CIG, partió a las cinco de la tarde de la madrileña Puerta del Sol y recorrió la Carrera de San Jerónimo, la calle Cedaceros y la de Alcalá, hasta la sede de Instituciones Penitenciarias. La manifestación comenzó sin incidentes y en medio de un fuerte dispositivo policial, aunque, a medida que se acercaba a su final, la tensión se fue desbocando. Los antidisturbios tuvieron que cargar contra algunos de ellos en dos ocasiones. La primera, cuando un pequeño grupo trató de entrar en el Ministerio de Educación, contiguo al de Instituciones Penitenciarias. Después, frente a este último inmueble, donde una veintena de agentes cargaron contra la cabecera ante sus intentos de aproximarse por la fuerza al edificio al grito de "¡Zapatero dimisión!".
Al final, los secretarios generales de los sindicatos convocantes entraron en el edificio para entregar un escrito con sus reivindicaciones. No fue Mercedes Gallizo, la secretaria general, quien los recibió, sino el subdirector general de Personal y el director general de Gestión de Recursos. Ante la tardanza de sus líderes en salir para leer sus discursos, los funcionarios rompieron el cordón policial y siguieron calle abajo hasta Cibeles, donde cortaron el tráfico del Paseo del Prado.
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