Lazcoz recupera el aliento al final
La capitalidad verde europea relanza al alcalde de Vitoria, que exprime ahora sus principales planes - La capital, básica para la suerte del PSE en Diputación
"Es otro". En el entorno del alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz (Pamplona, 1965), se ufanan por vocear la catarsis, precisamente cuando asoman los preparativos electorales de 2011. Son las mismas fuentes que pocos días después de sonrojarse por la aciaga gestión del primer edil en el último temporal de nieve sobre la capital temían el descalabro de su cabecera de cartel. A tal punto llega ahora el clima de confianza socialista que Lazcoz se ha permitido el lujo de desafiar a los dos Gobiernos de su mismo color para afearles su rácana, dice, aportación en los respectivos Presupuestos para los proyectos estelares del final de legislatura, y de manera especial sobre el Auditorio, su joya más protegida. Para la oposición, en cambio, no ha cambiado nada. Desde el PP reiteran que "se van a perder cuatro años".
El PP sigue crítico y entiende que en este mandato "se perderán cuatro años"
Con aire de cara tras el éxito europeo, "que ha calado en la calle", según el equipo de gobierno, el PSE aprieta el acelerador en Vitoria para apuntalar la alcaldía, pero también para alimentar el saco de votos que le acerquen a la Diputación, consciente de sus dificultades en el resto del territorio alavés, donde sigue sin cuajar una alternativa poderosa a PNV y PP. Con sus datos más recientes en la mano, Lazcoz ganaría las próximas elecciones de 2011 (10 concejales) por delante del PP (8), sin que se presuma descalabro alguno para el PNV (6), incluso sin haber oficializado su candidato. A la vuelta del verano, Javier Maroto, candidato popular y martillo pilón del equipo de gobierno local, disponía de unas previsiones más ajustadas, más en línea con el actual empate a nueve. El PP, por contra, recuerda que "los resultados en Vitoria siguen la estela de las generales y está claro que Rajoy va a ganar a Zapatero".
Es evidente que este sondeo socialista minimiza el temor detectado en la dirección del partido en Álava hace apenas un año por la suerte política que se antojaba sobre Lazcoz. Encumbrado por fin a una alcaldía por la que tanto había suspirado, curtido en los incómodos bancos de una difícil oposición al PP de Alfonso Alonso, el nuevo alcalde estrenó su cargo con serias dificultades para conectar con una calle demasiado reticente y, sobre todo, para imprimir su sello propio. Era la cruz del debutante. Además, su impericia para resolver un problema de interés ciudadano como la nieve acumulada ante cada portal, desviando incluso la responsabilidad a los vecinos, encendió la alarma en el partido, que temió por la magnitud de este desafecto con el votante.
Fueron entonces los momentos más inestables, que el aguerrido PP, dolido en paralelo por el rechazo socialista a una moción de censura que le permitiera recuperar la Diputación de Álava, no dudó en aprovechar. En realidad, se repetía una escena ya habitual en el Ayuntamiento de Vitoria, sede de un pulso permanente entre socialistas y populares, iniciado hace varios años. Posiblemente a este duelo de dominio público, aderezado incluso de denuncias ante los tribunales, deba asociarse el clima de "pésimo entendimiento" entre los responsables de ambos partidos, que no ocultan su notoria ausencia de química personal. De hecho, ningún cargo relevante de ambas formaciones concede "la más mínima posibilidad" a que "algún día" puedan unir sus votos para "fortalecer" el cambio político escenificado en el actual Gobierno vasco. Para los socialistas vitorianos, "el cambio ya ha llegado al Ayuntamiento" y "no se necesita" ir de la mano con el PP, partido que gobernó las dos legislaturas anteriores.
¿Cuál es la razón del optimismo? Quienes siguen a Lazcoz destacan que "llega el momento de recoger los frutos". A pesar de que no ha conseguido rodearse de un discurso político sólido, ni cuajar aún su figura de referente municipalista, en el PSE-EE creen que el alcalde vitoriano "se va consolidando". Sus colaboradores son mucho más optimistas porque dibujan un escenario inmediato "propicio". Posiblemente todo empezó a cambiar en Estocolmo con la inesperada pero significativa elección de capital verde europea. Incluso, para esta semana se anuncia el recibimiento del premio Europa Nostra al trabajo desarrollado en la muralla medieval.
El alcalde socialista incluso va más allá y emplea un tono complaciente cuando recuerda que ahora "los vecinos ven con sus ojos lo que les contábamos que íbamos a hacer y están contentos". Posiblemente porque sabe que lo tuvo muy difícil. Un riesgo similar al que afronta ahora con el futuro Palacio de Congresos, Exposiciones y Artes Escénicas de Vitoria -Auditorio, en términos coloquiales-, una obra exigente del arquitecto madrileño Mariano Bayón muy necesitada de millones en tiempos especialmente críticos. Lazcoz quiere repetir con este proyecto su suerte en el mandato: superar con el paso del tiempo los malos augurios iniciales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.