Gesto sitúa como "garantes" del fin de ETA a las víctimas

Gesto por la Paz respaldó ayer el creciente protagonismo de las víctimas del terrorismo al perfilarlas como "garantes" del posible final de ETA. En el marco de una campaña iniciada "contra la amenaza" de la banda, el portavoz de la coordinadora pacifista, Jesús Herrero, destacó el "ejemplo de esperanza" que suponen, pese al olvido al que fueron sometidas años atrás, y consideró fundamental su papel futuro tras el esfuerzo de las instituciones por "avanzar en su reconocimiento". En este sentido, instó a no utilizarlas como arma arrojadiza en el debate político.

En declaraciones a EL PAÍS, con motivo de la conmemoración hoy del Día Internacional de la Tolerancia, Herrero abogó por el reconocimiento igualitario de los damnificados por cualquier tipo de terrorismo y estimó necesario impulsar también el de los que han sufrido la "acción ilegítima" del Estado, porque ello redundaría, a su juicio, en beneficio del propio Estado de derecho. No obstante, recalcó la condición "específica" de las víctimas de ETA por su condición de mayoritarias y por haber padecido a una organización que sigue en activo.

El portavoz de Gesto asegura que el escenario apunta hacia el final de la violencia por tres motivos fundamentales: el creciente rechazo social a ETA, la presión policial y judicial, y el "desprestigio del terrorismo que a nivel internacional se ha dado tras acciones como las del 11-S".

Aún así, considera contraproducente poner fecha a la desaparición de la banda, ya que se trata de una decisión que corresponde "a otros" y ante la que especular podría provocar falsas expectativas entre la población. "A nosotros nos corresponde deslegitimar el terror y atender a las víctimas", advierte.

Constituida hace ya casi un cuarto de siglo, durante la década de plomo, la asociación pacifista con más solera de Euskadi reconoce que el discurso oficial de la izquierda abertzale ha cambiado en los últimos años, aunque matiza que se trata de "indicios" que se circunscriben al ámbito del lenguaje y que aún "queda recorrido" en su desmarque definitivo de la violencia. Un distanciamiento que Herrero juzga imprescindible para provocar una reacción positiva por parte de la banda.

El nuevo escenario, según el portavoz de Gesto, no impide constatar que "violencia y política son dos realidades incompatibles" y que el fin de la primera no puede conllevar contrapartidas. Herrero admite, sin embargo, que una vez tomada por parte de ETA la decisión de desaparecer, sí que cabría "algún tipo de planteamiento con los presos", ya que así lo faculta la propia legislación. "Lo que no cabe es nada extraordinario", opina.

Lejos de algunos planteamientos políticos, el responsable de la coordinadora rechaza contemplar un proceso con "vencedores y vencidos", si bien confiesa que este último colectivo lo integran unas víctimas "a las que hay que restaurar".