Tercermundismo USA
Cuando el republicano George W. Bush derrotó al demócrata Al Gore en las elecciones presidenciales por un puñado de votos en el Estado de Florida y las máquinas que contabilizaban sufragios se empeñaban en no funcionar, tuvimos ya uan primera intuición de que no es oro todo lo que reluce y que el Tercer Mundo se agazapa en los más insospechados enclaves del mundo desarrollado. Pero un reciente estudio sobre desigualdad económica en Estados Unidos va mucho más lejos: la primera potencia mundial es un país del Tercer Mundo, aunque indudablemente super-desarrollado.
Cuando el 1% más rico de la población acumula el 20% o más de la riqueza nacional, lo que ocurre en algunos Estados de América Central y antiguos sultanatos asiáticos, se considera que el reparto de la riqueza es gravemente inigualitario, y que esas sociedades pueden ser rehenes de graves inestabilidades sociales.
Y, según datos que corroboran autoridades del Departamento de Estado norteamericano, si en 1976 -año de la elección del demócrata Jimmy Carter a la presidencia- ese 1% de lo que un vocabulario quizá de otro tiempo llamaba plutocracia, poseía el 9% de la riqueza del país, en 2009 ese mismo areópago de super-privilegiados barre para casa un 24%. Seguramente no es casualidad que en medio de ese periodo haya transcurrido el auge y apenas caída del neoliberalismo en todo el mundo occidental.
En un estudio elaborado por profesores de dos universidades privadas de Estados Unidos, Cornell y Vanderbilt, y la European University Institute se llega, en ese mismo contexto, a llamativas conclusiones. En aquellas regiones norteamericanas donde la desigualdad es mayor también ha sido en estos últimos años más grande el número de quiebras financieras, y, para confort de la moralidad clásica, es igualmente mayor el número de divorcios.
Y, con todo ello, ha de parecer extraordinario que con semejante cuadro de apropiación de tantas riquezas por tan pocos, cobre fuerza en Estados Unidos el movimiento contra la ley de Seguridad Social, aprobada este año por el presidente norteamericano, el demócrata Barack Obama.
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