_
_
_
_
_

"Se nos triplica el trabajo y la Xunta nos reduce los fondos"

Asociaciones de inmigrantes, ONG y Ayuntamientos auguran un año difícil por el recorte de ayudas públicas

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aludió ayer al actual contexto de crisis para explicar el recorte presupuestario que sufren las políticas destinadas a combatir la pobreza extrema y la exclusión social. Y explicó que ese problema no solo se ataca con "subvenciones nominativas" sino que hay otras soluciones. Defendió que la erradicación de la pobreza es "prioritaria" para su Gobierno y puso como ejemplo los convenios con Cáritas que "se han rescatado después de que los eliminase o redujese el Gobierno anterior". Feijóo se dio por satisfecho con la congelación de la Renta de Inserción Social Galega (Risga), la última de las prestaciones, 378 euros, que cobran aquellas personas en riesgo de exclusión y que ya no reciben otra ayuda. Pese a las advertencias de ONG como Cáritas y otras, que alertan de que el número de solicitantes de ayuda crecen un 100% con la crisis, la partida de la Xunta para la Risga mantiene el presupuesto del año pasado, 22,7 millones de euros.

"Hacemos más con menos dinero", dice Feijóo para minimizar los recortes

El presidente subrayó que dichos colectivos "ya tienen más renta a través del pago de la dependencia" que "la Xunta abona ahora a 38.000 familias, frente a las 13.000 que cobraban con el anterior Gobierno". "Hacemos mucho más con menos dinero y además pagamos las deudas que nos dejaron", insistió.

La decisión de la Xunta de recortar fondos contra la exclusión social ha sido recibido con un rechazo casi unánime. Aunque la mayoría de los colectivos que trabajan en este ámbito cuentan con ingresos extra de socios y benefactores, la reducción presupuestaria impuesta por el gobierno de Feijóo limitará su capacidad de respuesta. Víctor Ombga, presidente de Eqqus Zebra -una entidad sin ánimo de lucro que lleva varios años gestionando un exitoso economato social en A Coruña- asegura que será difícil mantener los programas de atención a inmigrantes sin ayudas públicas. Este año, cuenta Omgba, ya recibieron un 30% menos de subvención y las previsiones para el que viene no son mucho mejores, porque buena parte de los programas dependen de las ayudas económicas de la Administración. Con el presupuesto reducido casi a la mitad, la ONG tendrá que centrarse en el economato y en servicios a la comunidad por los que cobra "a voluntad".

"Con la crisis se triplicó el trabajo, pero se reducen las ayudas", resume Rafael San José, presidente del Banco de Alimentos de A Coruña. La entidad financia sus gastos fijos -alquiler, luz - con las aportaciones de los socios, que suponen hasta un 40% de sus ingresos. El resto de sus actividades depende de las ayudas públicas y no será fácil mantenerlas porque el número de necesitados crece. La acción del Banco llega a 5.000 personas. "Las contribuciones de la gente pueden llegar o no", asegura una de las religiosas que gestiona la cocina económica de Santiago, a la que también afectará la reducción de la partida.

En la mitad se queda el Plan de Acción Gitana, que pasa de 800.000 a 426.000 euros. El presidente de Pueblo Gitano, Sinaí Giménez, se declara "totalmente decepcionado" por la Xunta, a quien llama a rectificar. "La austeridad tiene que aplicarse a otros gastos", recalca. Más drástico aún será el recorte al que tendrán que enfrentarse el Consorcio de As Mariñas y los Ayuntamientos de las siete ciudades gallegas. El de Vigo ya da por perdido su Plan de Inclusión. El programa recibía casi la mitad de su presupuesto de la Xunta, que el año que viene elimina la partida.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_