_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El Papa 'dixit'

"La Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización". ¡Qué mensaje tan del siglo XXI! Todos los hombres anhelamos esas medidas para que la mujer pueda trabajar en la oficina y además hacer las tareas domésticas, en el fondo, para que se sienta realizada. Mientras, nosotros nos ocuparemos de trabajar fuera y en casa tumbarnos en el sofá a ver el fútbol como buenos católicos. O de ser cardenales y mirar cómo un grupo de monjas limpian de maravilla el altar que acaba de ungir Ratzinger, realizadas cien por cien, oiga.- Juan Rojo González. Colmenar Viejo, Madrid.

El jefe de Estado de una dictadura, donde la discrepancia es severamente castigada, visita oficialmente España.

Durante su visita, en acto público y demostrando una falta total de respeto a sus anfitriones, censura la conducta de la ciudadanía española por no creer en él.

Los cargos públicos españoles lo reciben con la mejor de sus sonrisas.- José Manuel Foyo Marcos. Oviedo, Asturias.

El sábado después de comer me quedé traspuesta en el sofá de mi casa, con la televisión encendida. Mientras daba cabezadas, entre la neblina del dormitar, creí tener sueños extraños.

De repente me vi transportada a la Edad Media: el Papa sentado en un trono, rodeado de un séquito que le rendía pleitesía (le acomodaba los ropajes, la corona y le pasaba las hojas de un gran libro).

Tras la segunda cabezada, creía haber regresado a la infancia y esperaba ver aparecer a Franco bajo palio, pero fue una falsa alarma: eran Rajoy, José Blanco y algunas otras caras de políticos actuales.

Poco después, me encontré en un desfile de modelos donde aparecían muchos hombres vestidos con túnicas rojas y blancas, que hacían juego con los zapatos del Papa, rojos de Prada, según escuché después a los comentaristas televisivos. (El desfile lo completaban unos señores vestidos con unos trajes muy raros, de rayas naranjas y azules). Pero ¡no! Creo que he hecho zapping y he puesto una película de ciencia-ficción: escenario de diseño, y una especie de coche especial, con una cabina de cristales blindados que se desliza muy despacio...

Veo también una gran multitud entusiasmada, que escucha con devoción las palabras del Santo Padre: las mujeres en casa, los gais al armario, y el miedo en el cuerpo de volver de nuevo a los tiempos de la República. La laicidad se instala en Europa como una lacra que hay que erradicar. ¿Este es el mensaje que predicaba Jesús? ¿Nos hemos vuelto todos locos, o solamente soy yo, que he tenido pesadillas?- Expósito Llanos. Alicante.

Soy uno de los homosexuales que participó en la besada gay ante el Papa en Barcelona. Nuestro acto era una protesta pacífica frente al máximo líder de la institución que más obstáculos ha impuesto históricamente al avance social y al progreso científico. El mensaje iba dirigido a la jerarquía católica y no hacia los cristianos de base. Sin embargo, tanto unos como otros no han dudado en contestarnos con ese odio y rencor del que dicen carecer.

Los foros virtuales de este mismo diario eran un hervidero de incivismo en el que daba vergüenza participar. Otros medios obviaron nuestra reivindicación, adscritos como la mayoría al discurso único. En la plaza de la Catedral, un grupo de quinceañeros con banderas vaticanas nos llamó viciosos. No quiero imaginarme lo que han escuchado en casa y el futuro que les espera adoctrinados en la sinrazón.

Julio César Ortega. Alicante

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_