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Crónica:MUNDIAL DE MOTOCICLISMO | Gran Premio de la Comunidad Valenciana
Crónica
Texto informativo con interpretación

La razón sobre el corazón

Marc Márquez renuncia a buscar la victoria en la carrera para lograr el título de 125cc a los 17 años - El español es el segundo ganador más joven de la historia en cualquier categoría, tras Capirossi

Nadia Tronchoni

Marc Márquez siempre fue el enano de la clase. Incluso el peque del colegio entero. No crecía al mismo ritmo que sus compañeros. Aunque sus padres, tras consultar a un par de pediatras, uno de la sanidad pública y otro de la privada, dejaron de preocuparse. "Crecerá", les aseguraron. Creció. Y aquel niño enclenque y canijo al que el típico chulo de la clase enganchaba de la pechera cada maldito día hasta que le plantó cara, siguiendo el consejo de su padre, merece hoy la admiración de Cervera, en Lleida, su pueblo, y de los más grandes del motociclismo, que se rinden a los pies de un piloto elegante y agresivo a la par.

Márquez, que creció entre circuitos y subido a una moto de carreras, sigue batiendo récords, como cuando era niño y ganaba sin esfuerzo a chavales hasta cuatro años mayores que él. Ayer se convirtió en el segundo piloto más joven de todos los tiempos en ganar el Mundial en cualquier categoría, tras Loris Capirossi, que también lo logró a los 17 años y en 125cc.

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El único campeón del mundo al que no dejan brindar con champán, pues es menor de edad, ganó traicionando sus más ocultos deseos. Hizo la carrera con la que nunca soñó para poder alcanzar su sueño. Toda una paradoja. Se dejó ganar, para apartarse del mundanal ruido, evitar cualquier toque inesperado, cualquier sorpresa desagradable: solo necesitaba ser octavo. Claro que convencerse de que abandonar la pelea por la victoria era lo más sano le costó lo suyo. Tras apuntarse una pole innecesaria el sábado y atender sin demasiado convencimiento a las súplicas de su equipo, con Emilio Alzamora y Aki Ajo desbordados por los nervios, el niño se situó tras Terol y Smith, en cabeza, dispuesto a lanzar el ataque. Se adjudicó, incluso, la vuelta rápida de la carrera. Pero la llegada de Pol Espargaró, que cazó al trío tras una excelente remontada, le hizo recapacitar. Echó un vistazo al muro. Y vio a su gente, sufriendo, que le pedía calma. Márquez ya sabe escuchar. Por una vez en su vida hizo caso de la pizarra: se giró y con un gesto con la mano le dio paso a Espargaró.

El resto de su carrera transcurrió en paz. Cada vez más alejado de los tres primeros pilotos. Y sin que peligrara la cuarta plaza, pues el quinto, su compañero Sandro Cortese, rodaba a demasiada distancia de él y cruzó la meta con más de 16 segundos de diferencia.

Aquellas últimas vueltas en soledad le resultaron interminables; tan difícil como era mantener la concentración en esos momentos. Unos metros por delante de él se libraba otra batalla, con muchas menos repercusiones: Bradley Smith lograba una victoria holgada, la primera de un piloto no español después de 26 grandes premios. Nico Terol y Pol Espargaró peleaban como jabatos por la segunda plaza: el primero pues su objetivo era terminar segundo y esperar el error de Márquez, un error que nunca se produjo; el segundo porque, apartado de la pelea por el Mundial una semana antes, tenía ganas de lucirse. Y lo hizo: terminó el segundo, por delante de Terol.

Aunque todos miraban a Márquez, ese chico ahora ya con sus 168 centímetros y sus 55 kilos de peso, que encontró en su pequeñez un hándicap que utilizó para perfilar su estilo. Porque de niño necesitaba hilar muy fino las trazadas para poder llevar una moto tan pesada para su escasa envergadura. Y al llegar al Mundial, en 2008, tuvo que medirse a pilotos con mejores máquinas y mayores facilidades: él, con 15 añitos, pilotaba una moto lastrada con 18 kilos, dado su escaso peso, lo que añadía dificultad a los cambios de dirección. Ahora ya se presenta en la parrilla en igualdad de condiciones. Con un estilo depuradísimo. Y una cabeza privilegiada. Además, aunque ha sumado algunos ceros en este 2010, no todos fueron responsabilidad suya. Hoy es mucho menos impetuoso que hace dos años.

"No era demasiado justo que llegase a la última carrera aún jugándose el título", confesó Jorge Lorenzo, campeón del mundo de MotoGP. Todos hablan maravillas de él. Incluido su ídolo, Dani Pedrosa, que avisa: "Tendremos que espabilar, que en unos añitos lo tenemos dando guerra en la categoría reina".

El padre de Marc Márquez, segundo por la derecha, y el resto del equipo jalean al piloto tras la carrera.
El padre de Marc Márquez, segundo por la derecha, y el resto del equipo jalean al piloto tras la carrera.AFP

"Me han leído la cartilla"

El nuevo campeón del mundo de 125cc habla con la propiedad de un adulto. Marc Márquez reconocía ayer que este campeonato ha sido "muy duro", pues sus rivales, Terol y Espargaró, no se lo han puesto nada fácil. Y restaba importancia a esas estadísticas que dicen que es, junto a Capirossi, el piloto más joven en ganar el título: "La gente recuerda a los campeones, no le importa si uno ganó con 17 o con 25 años". Y explicó que puso de los nervios a todo su equipo: se esforzaba por bajar los tiempos en los entrenamientos libres, se apuntó la pole, y cada vez que volvía al box tras desoír las llamadas de calma de los suyos, estos le cantaban las cuarenta. "Me han dicho unas cuantas veces que frenara, me han leído la cartilla este fin de semana cada vez que bajaba unas décimas mis registros aunque ellos me marcaran un OK desde el muro", decía.

Luego admitió que se le pasó por la cabeza ignorar la estrategia -"tenía ritmo de sobra para ganar"- aunque finalmente hizo la carrera más inteligente de su vida: "He estado más nervioso en las primeras vueltas, me he acordado de cuando me tiraron en Aragón, así que tras dejar pasar a Espargaró he decidido calentar bien los neumáticos, templar la moto y cuando lo he tenido todo a punto solo me he esforzado en mantener la posición".

Tras cruzar la meta perdió los papeles: "Me he dejado ir. Escuchaba felicitaciones y gritos de campeón, pero no sabía de dónde llegaban". Algo similar le ocurrió cuando el Príncipe Felipe se acercó a desearle suerte para la carrera: "Me ha dicho que tenía que ser imparcial, porque éramos dos españoles luchando por el título; luego me felicitó y me dio recuerdos del Rey. Se me han puesto los pelos de punta". Ahora que ha ganado el campeonato cree que lo ideal es subir a Moto2. Todavía no sabe qué ocurrirá con su futuro. No le faltan ofertas.

Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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