Artesanos para sobrevivir
Artesanos. Artistas. Sabios. Curiosos. Vivos. Escritores. Barceloneses. En esta ciudad no solo está el Papa (bye bye!), Facebook, la crisis y las elecciones. Aquí hay gente valiosa, oculta, que ejercita la inteligencia, cultiva el trabajo cuidadoso, paciente, preciso y, con un simple libro, teje complicidades más serias que las de esos amigos impostados de las redes sociales o los arribistas de la mercadotecnia social. Gracias a esta gente sobrevivimos y vivir aquí resulta, en momentos como el presente, un merecido alivio.
Me entenderán bien los libreros; sobre ellos pende el estereotipo de la decadencia: nada de eso, amigos. Menuda Navidad les espera con Mario Vargas Llosa, John Le Carré y el gran Eduardo Mendoza en el mostrador. Los lectores nos frotamos las manos: ¿por cuál empezamos? Mi curiosidad personal va al Madrid de Mendoza: la Guerra Civil, tema trascendente y trágico, deviene producto de una Riña de gatos. ¿Una tontería produce un drama histórico? Mendoza, ese escritor capaz de pensar en cuantos libros tiene que vender para comprarse unos zapatos e imaginar la cola de lectores pagando por su libro, es sagaz, certero. Y su editor, el poeta Pere Gimferrer, se extraña de que aquí se ignore que uno de los motes para referirse a los madrileños es el de gatos. Menos épica y más realidad, puro Mendoza.
"Mario Vargas Llosa, John Le Carré y el gran Eduardo Mendoza; los lectores nos frotamos las manos"
Sobra solemnidad en lo que viene de Madrid y también en lo administrativo, incluido lo catalán: hoy tenemos aquí más burócratas que nunca. Los artesanos escritores barceloneses, gentes de bien, que acaban de publicar y cuyos libros cálidos, palpitantes, están sobre mi mesa, no se lo han planteado, pero, es el caso de Juan Ramón Masoliver (La calle Fontanills, Acantilado) y Joan Barril (Les terres promeses, Edicions 62) abominan de la solemnidad. La épica se deja para el enfático Twitter o el teatral Tea Party.
Salvador Giner, sociólogo por libre y heterodoxo presidente del Institut d'Estudis Catalans, acaba de publicar un pequeño / gran libro: El futuro del capitalismo (Península). "No tenemos asegurado el futuro. Pero el futuro del capitalismo está asegurado", diagnostica en la página 107. Imposible resumir las sabias razones que preceden a esta afirmación: leer un libro, incluido el ensayo, es un ejercicio de paciente suspense y desmitificación. Merece la pena.
¿Por qué mi hijo se parece a su abuela? (Debate) se preguntan la periodista Inés García Albi y el biólogo Marcos Isamat, ambos de brillante currículo. No lo piensan dos veces y construyen una conversación fascinante en la que genética, paciencia, herencia, historia, lenguaje, paridad, misterio, Adán y Eva, Matusalén, Darwin y Mendel llegan para dar luz sobre por qué somos como somos. Sin pretensiones de trascendencia, el biólogo no duda en responder "No se sabe" o "no lo sé". Un futuro por descubrir. Muy oportuno, en época de inmigración, recordar que, probablemente, todos los seres vivos tenemos antepasados comunes.
Josep Maria Castellet, nuestro Papa de la artesanía literaria, exprime su vasta memoria y resucita su cotidianidad compartida con seis catalanes no virtuales (Sacristán, Barral, Ferrater, Fuster, Comín y Terenci) en Seductores, ilustrados y visionarios (Anagrama). Así fuimos, con nuestras debilidades incluidas: ellos son también nuestros antepasados.
Artesanía pura, hecha de observación, experiencia e inteligencia, el diálogo de Javier Solana con Lluís Bassets que intenta entender el enredo del mundo en que vivimos (Reivindicación de la política, Debate). Solana está, según este trabajo fiable, preparado para todo y Bassets nos lo hace saber. La artesanía literaria está hecha de generosidad cómplice y de talento.
Hay que celebrarlo: una nueva editorial (Elba) y una nueva editora también barcelonesa, Clara Pastor, están dando a luz saberes ocultos de la galaxia Gutenberg en unos libros tan breves como exquisitos (véase Imágenes cifradas, de José Francisco Yvars). La lista de artesanos pacientes, escritores, no cabe en este espacio que rinde homenaje a su generosidad. Un último recuerdo a una asombrosa fábula multicultural: El alfabeto de los pájaros (Seix Barral) de Nuria Barrios, madrileña pero barcelonesa adoptada (por su editorial). Así sobrevivimos.
Margarita Rivière es periodista y escritora.
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