Cuatro de cada 10 pacientes rehúsan la primera opción para operarse
La lista de espera quirúrgica vuelve a subir - Cada vez más enfermos prefieren esperar antes que intervenirse en un hospital que no es el suyo
El descenso en casi 5.000 pacientes de la lista de espera quirúrgica que celebró la Consejería de Sanidad en verano (de 51.947 a 46.998 en un trimestre) ha resultado ser una excepción y no una tendencia. Porque con la publicación en la página web oficial www.listadeesperamadrid.com de las nuevas cifras, a 30 de septiembre, la situación de la lista vuelve por sus fueros. Una vez más, supera la barrera de los 50.000 pacientes que aguardan para ser operados. Una cifra que se rebasó por primera vez en marzo de 2009 y que ya no hay manera de reducir. La lista luce últimamente muy abultada, sobre todo teniendo en cuenta que entre 2004 y 2007 nunca pasó de 44.000 personas.
Sin embargo, lo llamativo de las nuevas cifras es que muestran una creciente resistencia de los pacientes a ser operados en el primer hospital que les ofrece la Consejería de Sanidad cuando les llama para darles hora. De los 50.653 en lista de espera a 30 de septiembre, 16.511 se encontraban en lo que Sanidad llama "espera tras rechazo de centro alternativo". Un centro que, en muchos casos, es privado concertado. Cuando el paciente dice que no, que prefiere que lo opere su médico, en su hospital público de referencia, Sanidad lo saca automáticamente de la lista oficial y lo deja en una especie de limbo. Los enfermos que rechazan esa primera opción esperan, de media, siete veces más que los que se conforman con lo que Sanidad elige por ellos.
El rechazo creciente de los ciudadanos a ser intervenidos en un hospital que no es el suyo queda claramente reflejado, más que en las cifras, en los porcentajes. La lista de "espera tras rechazo alternativo" supone ya casi un 40% del total (38,8%). Y no ha dejado de crecer en los últimos años. Cuando Esperanza Aguirre puso en marcha el Plan Integral para la Reducción de la Lista de Espera Quirúrgica, en 2004, recién llegada a la presidencia, los pacientes que quedaban excluidos por negarse a aceptar la primera opción eran apenas un 6% del total. La subida, en los últimos tres años, es más modesta, pero constante. En septiembre de 2008, eran el 33,5%; en 2009, el 36,4% y ahora ya rozan el 40%.
Los pacientes que rechazan el "centro alternativo" se ven penalizados. Al quedar excluidos de la lista oficial, tienen que esperar mucho más tiempo (67,8 días de media) para ser operados. Con ellos, por tanto, no se cumple el compromiso que formuló Esperanza Aguirre en la campaña electoral de 2003. Su promesa estrella consistía en que ningún madrileño esperaría más de 30 días para ser intervenido. Una oferta que, sorpresa, tenía letra pequeña. La Consejería de Sanidad insiste en que el compromiso se cumple. Si el paciente quiere, se opera en menos de un mes, insisten.
Ahora que está en vigor la libre elección, es curioso comprobar cómo elegir libremente acaba por perjudicar al interesado. El grueso de los pacientes que rechazan la primera opción que les da Sanidad espera entre uno y seis meses. De ellos, 52 llevaban entre seis meses y un año esperando para entrar al quirófano.
Y todo ello porque, en realidad, en Madrid no hay una lista de espera quirúrgica, sino tres. Está la que Sanidad llama "estructural", la de los pacientes que rehúsan el primer centro que les proponen y la de los "pacientes transitoriamente no programables". Desde hace unos años, cada una de esas tres listas suponía más o menos un tercio de los pacientes incluidos en la lista global. Pero solo con la primera, la estructural, se cumple el compromiso de Aguirre. Esa lista es precisamente la que tiene cada vez menos pacientes. Según los últimos datos, solo el 28,6% del total espera menos de 30 días para operarse.
Los pacientes "no programables" son los que aún no han pasado por el anestesista, los que esperan sus pruebas preoperatorias o los que solicitan aplazar su intervención por diferentes motivos, de salud entre ellos. Suponen ya el 32,6% del total. Solo cuando son "aptos" para entrar en quirófano pasan a la lista estructural. Y entonces empiezan a contar los 30 días. Todas las comunidades autónomas incluyen en sus listas de espera oficiales a los pacientes en el momento en que el especialista prescribe la operación. Madrid no, y precisamente por esa argucia el Consejo Interterritorial de Sanidad excluyó en 2005 a la región del cómputo nacional. Al contabilizar a los pacientes de este modo, los tiempos de espera parecen menores de lo que son en realidad, argumentó en su momento el ministerio. O sea, que era hacer trampa.
Pese al aumento de la lista, Sanidad está contenta con las cifras. "Más de dos millones de pacientes operados sin tener que esperar más de 30 días", se titula la última nota colgada en su web. Sanidad asegura que a pesar de que han entrado más personas en lista, también se han incrementado las intervenciones, "lo que permite mantener la estabilidad y los tiempos de demora".
La nota añade que solo el 6,3% de las operaciones se han realizado en centros concertados. "Porque los pacientes no los quieren y prefieren esperar para operarse en su hospital", señala Juan Luis Martín, secretario de Políticas Sectoriales de UGT. "Los madrileños rechazan con su elección la política de privatización de la sanidad", añade. La lista paralela "no solo es un artificio contable, sino que rechazar el centro propuesto supone una especie de cancelación individual del compromiso político que hizo Aguirre".
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