Lombardi dice a las víctimas que los abusos son una "plaga"

"La iglesia debe liberarse de la plaga de los abusos y dar buen ejemplo" para que las víctimas puedan contemplarla como un "posible aliado" en su lucha. El portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi, contestó ayer con una carta al centenar de familiares y víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos, que se manifestaron el domingo -en la primera concentración contra estas agresiones- a pocos metros de la cúpula de San Pedro del Vaticano, para pedir transparencia en la gestión de los casos de pederastia.

Lombardi subraya que su misiva, escrita en un tono conciliador y personal, no es un comunicado del Vaticano. Sin embargo, sus palabras, recogidas por la agencia Ansa, suenan como una mano tendida a las víctimas de abusos. "Comparto algunas de vuestras posiciones, la Iglesia debe estar muy pendiente para que los niños y jóvenes crezcan en un ambiente seguro. Las investigaciones y la intervención deben ser más rápidas y eficaces", dice. "Sé que pensáis que la jerarquía católica debe acelerar el paso. Desde mi punto de vista ha hecho y hace mucho al escuchar a las víctimas, en la prevención y en la formación. Gran parte de la Iglesia ya está en el buen camino. La mayoría de los crímenes pertenecen al pasado".

"La Iglesia debe ser la primera en liberarse del mal", dice el jesuita

El mismo Papa, que viajará a España a finales de esta semana, mantiene, según el jesuita, "una actitud de escucha hacia las víctimas, y está empeñado en hacer todo lo necesario para que estos horribles crímenes no se repitan".

El portavoz del Vaticano asegura que la de los abusos es una lacra extendida. "Lo que ocurre dentro de la Iglesia es solo una pequeña parte de lo que ha sucedido y sigue pasando en el mundo entero", señala. Y sigue: "La Iglesia debe ser la primera en liberarse del mal, pero todos debemos combatir esta gran plaga del mundo actual, que se propaga más fácilmente cuando está escondida, y que hoy dispone de medios nuevos para difundirse, favorecida por Internet y las nuevas formas de comunicación, por la crisis de las familias, el turismo y el tráfico sexual; que se aprovecha de la pobreza de las personas".

La misiva no es la primera manifestación de apoyo a las víctimas de Lombardi, que acudió a la protesta del domingo por la tarde, en la que fue recibido con abucheos y gritos de "vergüenza" por los manifestantes -la mayoría miembros de la organización Survivor's Voice (la Voz de los Supervivientes)- llegados desde EE UU, Bélgica, Reino Unido, Australia, Holanda e Italia. Sin embargo, a la llegada de Lombardi, estaban ausentes los dos fundadores del grupo -Bernie McDaid, de 54 años, y Gary Bergeron, de 47, que sufrieron abusos en Boston cuando eran niños-, a los que el jesuita invitó más tarde a una reunión "satisfactoria", según la portavoz de Lombardi, Paola Leerschool, que puede suponer "el comienzo de un diálogo".