_
_
_
_
Reportaje:LIGA DE CAMPEONES | Cuarta jornada

"Cuando subo, no aviso"

Dani Alves, lateral del Barcelona con alma de extremo, siempre quiso emular a Cafú

La capacidad de sorpresa de Dani Alves no da tregua, ni siquiera entre sus compañeros del Barcelona, por mucho que parezcan acostumbrados a verle más cerca de la portería contraria que de la propia. "No aviso a nadie", reconoce el defensa con alma de extremo, heredero de la escuela de laterales brasileños. Nieto de Carlos Alberto, hijo de Junior, primo de Roberto Carlos, futbolistas que, como el propio Alves, han ayudado más a atacar que a defender, el baiano admite que su referente siempre fue Cafú. "Nunca lo he ocultado. Es el espejo en el que me he mirado", dice ese que en Sevilla llamaban La Tarántula. Hoy tratará de sorprender por el carril derecho del Parken Stadion (20.45, GolTV) al Copenhague.

"A veces le digo que no ataque tanto, pero no hay que retenerlo", dice Piqué

"Es muy complicado marcarle. Nos da intensidad, genera mucha llegada y superioridad en el ataque. Para nosotros, es fundamental", afirma Pep Guardiola, feliz cada vez que le ve enfilando el pico del área rival. "Es muy difícil pararlo porque aparece por sorpresa desde la segunda línea. Lo suyo tiene mérito", le reconoció Gregorio Manzano, el entrenador del Sevilla, que no encontró cómo ponerle freno el pasado sábado.

No parece fácil echarle el lazo. Incluso para sus compañeros. Lo admite Piqué: "A veces le digo que no suba tanto, como al principio del partido contra el Zaragoza, cuando íbamos 0-1 y ellos atacaban. Pero no me preocupa ver que se marcha. Es un arma muy útil para el equipo. A él le gusta subir y no hay que retenerlo". Tercia Iniesta: "Si sube Alves, el interior o el central tienen que cubrir el hueco. Depende del que esté más cerca. De todas formas, Alves se basta por sí solo. Sube y baja casi siempre a tiempo. No es un problema".

"Cuando subo, no aviso a nadie. No pido permiso. Es cuestión de organización y eso ya está hablado", dice el propio Alves, consciente de que para que él vuele alguien debe guardarle el nido. "Parece un extremo. Y mete goles", zanja Villa. Su capacidad de trabajo le disculpa incluso de que a veces se olvide de defender. Puede que a Guardiola le saque de sus casillas, pero es generoso: "Nos da muchísimo más de lo que nos quita. No hay problema".

Alves lleva 106 partidos con el Barcelona y 14 en lo que va de curso: solo se ha perdido el disputado en Ceuta. "Es siempre una referencia de pase", admite Xavi, que, cuando no encuentra línea por dentro, solo tiene que buscarle por fuera. "Los movimientos están muy estudiados", admite Pedro, acostumbrado a buscar la diagonal desde la banda para dejar el pasillo abierto. "Tiene mucha presencia y nos da superioridad", insiste Iniesta.

Para el Barça, solo es un problema desde los despachos: el club necesita recortar gastos para sanear la economía y ahora toca negociar con el brasileño, que termina su contrato en 2012. En estas circunstancias, por más que la voluntad sea la de renovarlo, atinar con la resolución de la ecuación no es fácil. El club asume que debe subirle el sueldo, pero no piensa estirar más el brazo que la manga por mucho que Alves insista en vivir como un delantero. "No tengo problemas económicos. Ya he pasado la fase de sufrimiento. Si llego a un acuerdo no será solo por el dinero. Hay otras cosas", dijo ayer camino de pisar el césped del Parken, donde pretende convertir de nuevo la banda en una lanzadera.

Alves, en el remate que supuso uno de los goles del Barcelona al Sevilla el sábado pasado.
Alves, en el remate que supuso uno de los goles del Barcelona al Sevilla el sábado pasado.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_