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Ni rastro del nuevo barrio

La crisis paraliza la Marina de Prat Vermell, en la Zona Franca - Revisados a la baja algunos de los planes urbanísticos

Blanca Cia

Solares en barbecho y vallas de las que han desaparecido los nombres de las inmobiliarias que cuatro años atrás parecían impacientes por plantar sus grúas en el futuro barrio de la Marina del Prat Vermell de la Zona Franca. Sin rastro de Habitat ni de Urbis. La decisión política de reconvertir el suelo industrial de 75 hectáreas de la Zona Franca -entre el paseo de ese nombre y las calles de los Motors, la Metal·lúrgia y el Foc- se tomó en junio de 2005. Dos años después, el sector del urbanismo trabajaba a toda máquina en el diseño de un tercio del barrio -unos 4.500 pisos- con el objetivo de que en 2011 estuvieran ya avanzados, si no acabados.

Todos aquellos planes y previsiones se han ido al garete por el efecto de la crisis económica, especialmente en el sector del ladrillo. Una sola grúa se alza en el perímetro del nuevo barrio, la de la futura Casa de la Agricultura de Barcelona. De pisos y oficinas nuevas, ni uno.

El espacio reservado equivale a 40 manzanas del Eixample
El Consistorio espera que en 2011 se vean las primeras grúas

Las viejas naves de talleres y de almacenes de maquinaria industrial siguen donde estaban y se alquilan, aunque sea a precario. En el barrio de Eduard Aunós -un grupo de viviendas que se levantó hace más de una década- aguardan a los nuevos vecinos. En una carnicería de la plaza de esa barriada las clientas comentan: "La cosa está muy mal y aquí todo está parado". Lo cierto es que el silencio es la nota dominante en unas calles que alternan solares, pequeños talleres, naves industriales y almacenes improvisados de maquinaria de construcción. Los residentes de las viviendas que están afectadas -pocas y muy dispersas- por el planeamiento urbanístico siguen a la espera. En total, las personas a las que se deberá realojar serán unas 200.

En un territorio equivalente a 40 manzanas del Eixample están previstas 10.000 viviendas -la mitad de ellas de protección o precio concertado- y oficinas, además de equipamientos y un parque central. Como es habitual, la planificación de una extensión tan grande se hace por sectores y etapas, y los dos sectores con el planeamiento urbanístico aprobado a principios de la primavera de 2007 no han llegado a buen puerto.

Los tiempos han cambiado y las expectativas de negocio también. Los letreros de las inmobiliarias Habitat y Urbis, visibles en esa zona hace tres años, han desaparecido. Urbis se hizo con 70.000 metros cuadrados en lo que será el espacio central del barrio para levantar pisos y oficinas, cerca del grupo de viviendas de Eduard Aunós. Finalmente no será Urbis, sino el Banc de Sabadell -que se ha hecho con ese activo como consecuencia de los problemas de la inmobiliaria-, el que promoverá ese sector, en el que se alzarán 1.582 pisos: 827 públicos y 755 de mercado libre.

"Se han aprobado nuevos planes urbanísticos para sustituir con criterio más conservador los que se impulsaron hace tres años", explica Antoni Sorolla, delegado de Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona. "En época de vacas gordas se pensó en hacerlo todo nuevo y desaparecían la mayoría de las naves actuales. Ahora se es más conservador y, para ahorrar en inversión, algunos edificios pervivirán", concreta. Sorolla reconoce la mala fortuna del arranque del barrio, pero confía en que las primeras grúas se empiecen a ver el año próximo. "Eso nos han dicho, que a partir de 2011 se notará movimiento", apunta el presidente de la asociación de vecinos de Eduard Aunós mirando la documentación que se acumula sobre la mesa.

El otro sector con la planificación ya aprobada es el que promueve el Consorcio de la Zona Franca en una superficie de 50.000 metros cuadrados. En ellos está previsto construir 1.025 viviendas, 510 de protección.

Los promotores están obligados a asumir los gastos de la urbanización en función de la superficie, una factura que en el nuevo barrio de la Marina es considerable puesto que comporta también un plan de infraestructuras del estilo del que se aplica en el 22@, con galerías de servicios en el subsuelo y centrales de producción de frío y calor.

Es decir, la relación de costes y la expectativa de beneficios se mira con lupa. De ahí que no haya prisa por construir.

MARCE-LÍ SÀENZ

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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