Zapatero anuncia una agenda social para los afectados por los recortes
Los barones demandan que primero se luche por las elecciones locales y el presidente les pide "concordancia con el Gobierno"
Reformas, ajustes, restricciones. Estas recetas son las que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y su nuevo Gobierno, asistidos por el PSOE, deben tratar de explicar para que buena parte de la sociedad "las haga suyas". Este fue el mensaje central que ayer lanzó Zapatero al comité federal de su partido, pero les regaló la sorpresa de que pondrá en marcha "una nueva agenda social". Se trata de atender a los más afectados por la crisis: los jóvenes y los parados de larga duración. A estos últimos se les ayudará con proyectos de formación muy específicos. Habrá políticas de familia para favorecer la conciliación y que las mujeres puedan incorporarse al mundo laboral.
Estos son los planes que el Ejecutivo pondrá de inmediato en marcha y que, previsiblemente, caerán bajo la responsabilidad del nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, y de la titular de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, Leire Pajín. Son consecuencia, entre otras cosas, del empeño de Juventudes Socialistas de España, cuyo secretario general, Sergio Gutiérrez, describió ayer la situación de los jóvenes. "Hay una generación con ansia de oportunidades que no está movilizada contra el Gobierno como en Francia, sino resignada", aseguran que dijo Gutiérrez ante el comité federal.
Se trata de atender a los jóvenes y a los parados de larga duración
Barreda, Fernández Vara y López piden mayor participación en el proyecto
Con esta situación de jóvenes alejados del Gobierno y de paro entre los sectores más desfavorecidos, el comité federal acogió con satisfacción que el Gobierno haya decidido alzar a los más caídos.
Aunque el buen ánimo era más que evidente entre los más de 200 miembros de este órgano de dirección socialista, todos tenían presente que fuera de la sede del partido, en la calle, la situación económica y social es grave.
La esperanza ha vuelto a los socialistas con los cambios en el Gobierno, con la estabilidad que da el acuerdo presupuestario con el PNV y CC y, también, al encontrar a su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, con un ímpetu notable. "Sé que queríais impulso e iniciativa. He hecho todo el esfuerzo para que ese impulso y esa iniciativa la tengamos por delante durante un año y medio, y he vuelto a tener el leal apoyo de todos vosotros", agradeció Zapatero.
"La remontada" fue la expresión que utilizó el lehendakari, Patxi López, y que hizo fortuna en el comité federal para definir la marcha que empiezan ahora el PSOE y el Gobierno, en lucha contra las pésimas expectativas electorales. La repitieron en distintos ámbitos el vicesecretario general, José Blanco, y el nuevo secretario de organización, Marcelino Iglesias.
Pero los candidatos autonómicos y el presidente no tenían en mente el mismo calendario. Zapatero se dio año y medio, pero los barones, entre ellos el propio presidente vasco; el de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y el de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, hablaron de lo suyo. "No tenemos por delante año y medio, sino seis meses", le recordaron. Y Zapatero lo reconoció, para advertir de que lo que pase en las elecciones municipales y autonómicas no condiciona las generales. "En las últimas municipales perdimos por 100.000 votos y luego ganamos las generales por un millón", recordó en la réplica, según transmiten algunos de los asistentes en esta reunión a puerta cerrada.
La preocupación de los barones se mantiene a sabiendas de que los efectos de las reformas y los cambios tardarán en llegar, como el propio Zapatero reconoció. Ahora bien, para el presidente, a todos les conviene ir juntos. "Tenemos como un objetivo muy posible mantener los Gobiernos de las comunidades autónomas en los que estamos y también ganar alguno importante", dijo el presidente, con una apostilla que no pasó desapercibida: "Pero los candidatos deben saber que tienen más oportunidades si actúan con coherencia y concordancia con el partido y con el Gobierno". Los unos se miraron a los otros y ninguno y todos se dieron por aludidos.
Ayer ningún barón se desmarcó de Zapatero. El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, había pedido regionalizar al máximo las elecciones y que los líderes nacionales no se pasearan mucho por la región, pero si la alusión del presidente iba por él, se vio confortado porque su petición a Zapatero para que cambiara a su equipo y hubiera un esfuerzo de "pedagogía" para explicar las reformas, se ha materializado. Barreda, Patxi López y Fernández-Vara demandaron claramente tener más participación en el proyecto que encarna Zapatero.
Más debate, más coordinación, más coprotagonismo. Para ello es imprescindible que se reúna el Consejo Político Territorial del PSOE, que reúne a los barones con el presidente y con la ejecutiva federal, que coordina Barreda. Hace más de un año que no se convoca. Como ejemplo de falta de información, Fernández-Vara lamentó haber escuchado en la cadena SER que el secretario de Organización iba a ser Marcelino Iglesias, en vez de conocerlo por su propio partido.
Pero todo dicho en un tono muy amable y de espíritu de familia, según recalcan muchos de los presentes. El mismo tono que utilizó Zapatero para pedirles "no caer en la ciclotimia", de modo que el optimismo de ayer no se transforme de inmediato en pesimismo "por alguna encuesta" que reitere la mala situación electoral del PSOE.
Para recuperar electorado no sólo hay que comunicar mejor, sino "reconstruir el ideario de la izquierda", pidieron los representantes de Izquierda Socialista, Juan Antonio Barrio de Penagos y José Antonio Pérez Tapias. También reanudar relaciones con los sindicatos y dejar a un lado la propuesta de elevar la edad de jubilación de 65 a 67 años, dijeron estos mismos, en coincidencia con la senadora Matilde Fernández. Zapatero recogió el guante. "La reforma la haremos con tiempo y con acuerdo". Una buena ayuda vendría "con una política específica de medios de comunicación", sugirió el dirigente extremeño Francisco Fuentes. No le dio la razón el presidente. "Mi máxima ha sido siempre salvaguardar la autonomía de nuestro proyecto", aseguran que dijo.
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