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Adolescentes, drogas, armas y sexo

El Ayuntamiento de París ha adoptado una medida preventiva y sorprendente al prohibir la exposición de Larry Clark en el Museo de Arte Moderno a menores de 18 años ante el posible carácter pornográfico de algunas imágenes. "Me parece aberrante, una vez más estamos dejando a la juventud alejada de la cultura", se indigna Claire, de 27 años, tras ver la exposición. "Me resulta chocante también porque se trata de un centro público. Si fuera una galería privada podría entenderlo", añade. "Sobre todo, es absurdo porque los menores ven cosas mucho peores en la televisión y en Internet", añade su amiga Sophie.

De las 200 imágenes, algo más de una decena han motivado la prohibición. En ellas se puede ver a adolescentes desnudos, muchas jeringuillas, penes en erección y sexo explícito. El director del centro, Fabrice Hergott, ha intentado justificar la decisión del Ayuntamiento. "A mí no me parecen pornográficas, pero hay que diferenciar el arte de la ley, y desde el punto de vista legal, algunas imágenes pueden ser consideradas como pornográficas", ha añadido.

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La prohibición se basa en el Código Penal en vigor desde 2007, más restrictivo que el anterior, que define como delito el hecho de "emitir por cualquier medio o soporte un mensaje de carácter violento o pornográfico [...] susceptible de ser visto o percibido por un menor".

El Ayuntamiento, gobernado por el socialista Bertrand Delanoë, ha querido evitar al director del centro un posible acoso judicial como el que viven desde hace 10 años los organizadores de Présumé innocent, una muestra sobre arte contemporáneo e infancia que se exhibió en Burdeos en 2000. La asociación de defensa de la infancia La Muette demandó a los organizadores por mostrar imágenes pornográficas de menores.

La iniciativa ha sido tildada de "regresiva y retrógrada" por el colectivo de artistas Observatorio de la Libertad de Creación. Larry Clark calificó la "censura" de "ataque de los adultos contra los adolescentes", en una entrevista al diario Le Monde: "Es una forma de decirles: volved a vuestro cuarto, id a ver toda esa mierda en Internet. Pero no queremos que vayáis a un museo a ver arte que habla de vosotros".

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